Un reciente vídeo, compartido por el doctor Manuel de la Peña, muestra a Lucio Fernández conversando con serenidad y una memoria sorprendentemente clara para su edad. Sentado al aire libre, el extremeño repasa episodios de su vida y se presenta sin rodeos: «He pasado mucha hambre y mucho frío cuando la guerra, porque estuve en la guerra. Sí. Lo he superado todo y estoy bien, bien. Todavía, aún estoy bien. Soy el cazador de más edad, de más de cien años».

Lucio nació el 15 de febrero de 1919 en Roturas de Cabañas, una pequeña pedanía de la comarca de Las Villuercas. Allí ha vivido siempre, ligado al campo desde niño y con una trayectoria vital que atraviesa buena parte del siglo XX. Su historia ya había sido recogida por distintos medios regionales, que lo situaban como el cazador en activo más longevo de Extremadura y, posiblemente, de España.

En la conversación difundida ahora en redes sociales, el veterano extremeño responde con naturalidad cuando le preguntan por su afición: «Sí, mucho». A continuación explica cómo fue su evolución como cazador, desde la abundancia de caza menor en su juventud hasta la práctica de la mayor en las últimas décadas.

Durante años, recuerda, lo habitual eran las perdices y los conejos. «En aquellos tiempos, desde que yo… en el año 70, por ahí, que había mucha caza menuda», señala. Con el paso del tiempo, ese escenario cambió y su actividad se centró en especies mayores: venados, jabalíes y muflones.

Lucio junto al mural que Roturas de Cabañas le regaló por sus 100 años. © El Periódico de Extremadura

Una vida marcada por el campo y la guerra

Lucio Fernández pertenece a una generación criada sin escuela, incorporada al trabajo rural desde la infancia y llamada a filas siendo casi un adolescente. La Guerra Civil forma parte de sus recuerdos más duros, asociados al frío, al hambre y a la supervivencia diaria.

Tras regresar del conflicto, retomó la vida en su pueblo y comenzó una larga relación con el monte. Durante décadas trabajó en el campo, pastoreó ganado y combinó esas labores con la actividad cinegética, que en aquellos años suponía también un complemento alimenticio para muchas familias rurales.

Lucio durante una montería. © HOY

Su conocimiento del entorno y de las especies es fruto de esa convivencia constante con la sierra. No habla de récords ni de hazañas, sino de costumbre, de continuidad y de una forma de vida que hoy resulta casi desaparecida.

Reconocido como el cazador más longevo

En septiembre de 2024, distintos medios regionales ya recogían su caso como una excepción dentro y fuera de Extremadura. Entonces, con 105 años, se le describía como un hombre ágil, con buen paso y todavía presente en monterías, aunque con un papel más simbólico.

El propio doctor Manuel de la Peña lo presenta en redes como “el cazador más longevo del mundo”, destacando su memoria intacta y su vínculo con la naturaleza. En el vídeo, Lucio añade un detalle significativo: «Y tengo el carné para Extremadura, porque soy el cazador de más de cien años».

@doctormanueldelapena

🦌 Lucio Fernández tiene 106 años y es el cazador más longevo del mundo. 💬 En esta conversación me contó los animales que ha cazado a lo largo de toda su vida. 🌿 Décadas de experiencia, memoria intacta y una vida profundamente conectada con la naturaleza. 👨‍⚕️ Soy el Dr. Manuel de la Peña, y escuchar a Lucio es asomarse a una historia viva que ya no se repite.

♬ sonido original – Manuel de la Peña

Más allá del impacto viral, su historia sirve para asomarse a una España rural que ya no existe y a una relación con el monte construida durante más de un siglo. A sus 106 años, Lucio Fernández sigue siendo un testimonio vivo de esa memoria.

Síguenos en discover

Sobre el autor