A veces, la jornada de caza no termina cuando decidimos darla por concluida. Hay días en los que el monte tiene reservada una última sorpresa, y eso es precisamente lo que le ocurrió a Óscar Clara (@oscarclara8) cuando, con su reclamo ya recogido y el arma descargada, una perdiz decidió que el juego aún no había terminado.
En un vídeo reciente compartido en su perfil de TikTok, el cazador se muestra abandonando el terreno de caza con la satisfacción de haber dado por concluido el día. Sin embargo, mientras camina tranquilamente por un sendero, una perdiz brava y desafiante se cruza en su camino con una actitud inesperada: en lugar de huir, la patirroja se planta con valentía, desafiándolo como si fuera ella quien decide cuándo termina la cacería. Su reacción, entre asombro y diversión, es la de cualquier cazador que se topa con uno de esos momentos en los que la naturaleza parece tener sentido del humor.

El espíritu indomable de la perdiz roja
La caza con reclamo es una de las modalidades más tradicionales y exigentes de la caza menor. Requiere paciencia, conocimiento y un dominio absoluto de los tiempos y los cantos. Los cazadores pasan horas apostados, llamando a las perdices con la voz de su reclamo, esperando que un macho territorial acuda al desafío. Pero cuando el momento de recoger llega, la caza ha terminado… o eso se supone.
Cualquier cazador experimentado sabe que la perdiz roja es un animal de carácter fuerte y astuto. No es raro ver a una hembra defendiendo su territorio o a un macho desafiante en plena época de celo, pero lo que más sorprende en este caso es la actitud de la perdiz, que no solo sale al encuentro del cazador, sino que parece medir al hombre sin dejarle respirar, como si cuestionara su retirada.
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Un desenlace inesperado
En el vídeo, el cazador ya no está en actitud de caza: su reclamo está guardado y su arma enfundada. Sin embargo, la perdiz aparece, como si el destino quisiera jugarle una última carta. Este tipo de encuentros inesperados son los que enriquecen la caza. Porque más allá de la pieza cobrada o del trabajo bien hecho, está la conexión con el entorno, la emoción de lo imprevisto y la certeza de que, por mucho que el cazador sepa, el monte siempre tendrá la última palabra.
@oscarclara8