Su nombre es Jesús Esriche y es un cazador de Teruel. Ha tenido el placer de vivir, en primera persona, una de esas escenas que acaban directamente en el archivo de lances de caza que llaman la atención de todos los apasionados por la cinegética. En esta ocasión, la presa que le ha regalado esta oportunidad ha sido un jabalí de muy grandes dimensiones.
En compañía de su padre, compartiendo la afición por la caza en familia, ambos vivieron tal momento el pasado domingo, 5 de noviembre. Padre e hijo se encontraban en Cabra de Mora, un municipio que se encuentra en la comarca Gúdar-Javalambre, en Teruel, Aragón.
Allí, tal y como ha contado Jesús al equipo de Jara y Sedal, soltó su rehala «pasadas las 09:00 horas». Entonces, el cazador se digirió a lo alto de la montaña, a las canteras. Mientras tanto, su padre «iba a unos centenares de metros por el barranco».
Un jabalí de 130 kilos de peso
Algo por delante de ellos trataba de escapar: «Empezó una ladra y mi padre comenzó a subir el barranco cuesta arriba para contarle el camino al jabalí. De repente, la búsqueda dio sus frutos y se encontró de cara con él a escasos metros cuando efectuó el primer disparo», recuerda Jesús.
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Tras esto, el animal continuó su camino, aunque herido, y este siguió yendo detrás de él «por el fondo del barranco». Finalmente, pudo efectuar otro disparo más certero y, esta vez sí, logró abatir al jabalí.
Con un peso de 130 kilogramos, este ejemplar era «un jabalí de infarto», según las propias palabras del cazador. «Es el más grande de nuestra Sociedad de Caza por el momento», confiesa, «tardaremos en volver a ver otro así».