Es un hecho que el sector de la caza y todo lo que este implica se ha levantado como una importante fuente de ingresos económicos en nuestro país. Del mismo modo ha ocurrido en Francia y su positivo impacto se debe, sobre todo, a los pagos sustanciales llevados a cabo por los cazadores para poder practicar la actividad cinegética.

No solo eso, sino que dicha práctica también da lugar a la promoción de empleo en núcleos que tienen que hacer frente al problema de la despoblación, como es el caso del mundo rural. Es por ello que, en estos lugares, la caza se ha convertido en toda una vía de salvación para la parte de la sociedad que habita en ellos.

El enorme impacto económico de la caza en Francia

En el caso de Francia, todo esto es especialmente evidente. Así lo han demostrado las cifras presentadas por la Federación Nacional de Caza del país vecino en un reciente estudio.

De este modo, han dado a conocer que el gasto total de los cazadores creció hasta los 4.200 millones de euros durante el pasado año 2022. Asimismo, la media del desembolso de cada cazador fue de 3.260 euros al año. Algunos de esos gastos son, por ejemplo, los derechos de acceso a la caza, el mantenimiento de los terrenos, la compra de equipos especializados, los costes del transporte, alojamiento y alimentación, los gastos asociados a los perros y otros animales empleados en la caza, etcétera.

Durante la temporada 2022-2023, más de 960.000 cazadores validaron su licencia de caza en Francia y, así, la actividad contribuyó a la riqueza nacional con 3.600 millones de euros. Además, la caza generó 37.400 empleos directos a jornada completa y esto, en concreto, tuvo gran importancia para las regiones rurales, donde habita más del 75% de los cazadores.


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Más ingresos que el tenis

Para ser conscientes del gran impacto que la cinegética tiene en Francia, dicho estudio muestra los beneficios económicos directos e indirectos que el tenis tiene en el país. Este deporte generó un total de 1.044 millones de euros de valor añadido y la comparación es aún más sorprendente si tenemos en cuenta que hay cuatro veces más tenistas que cazadores.

El informe, además, también destaca el desarrollo sostenible asociado a la caza puesto que fomenta la producción y el consumo de productos locales, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el transporte y apoya a las empresas locales.