Un reciente estudio publicado en la revista European Journal of Wildlife Research ha analizado las tendencias de las poblaciones de conejos en Castilla-La Mancha diez años después de la aparición del virus de la enfermedad hemorrágica del conejo tipo 2 (RHDV2) en España y Portugal. Hay que recordar que tras este nuevo brote de 2011 del virus de la enfermedad hemorrágica del conejo la especie fue catalogada como «en peligro de extinción» por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Los investigadores se han centrado en comparar las tendencias poblacionales en áreas donde los conejos son considerados plaga y en zonas donde no lo son. Para ello, han recopilado datos declarados por los cazadores de sus capturas en los 6.000 cotos de caza en Castilla-La Mancha desde 2009 hasta 2022. Por lo tanto, para estimar la abundancia de conejos se han basado en el número conejos cazados por kilómetro cuadrado.

Las conclusiones del estudio indican una disminución generalizada de las poblaciones de conejos en ambas áreas, aunque con variaciones en la magnitud de la caída. Esta tendencia negativa se atribuye principalmente al impacto del RHDV2, que ha afectado significativamente a estas poblaciones en la última década, aunque también señalan a otros factores, como el abandono del medio rural y la proliferación de los terrenos cubiertos de maleza.

Pero las incógnitas en torno a la situación del conejo son muchas, y los propios autores reconocen que «el papel de otras limitaciones potenciales para la recuperación del conejo en esas áreas, como la sobreexplotación cinegética, la depredación o el cambio climático, no están claros y deberían investigarse en estudios futuros».

Conejos.
Conejos. © Archivo JyS

Dos subespecies diferentes

El estudio también arroja luz sobre las dos subespecies de conejo europeo presentes en España: Oryctolagus cuniculus cuniculus, más abundante en el norte y este de la península, y Oryctolagus cuniculus algirus, predominante en el sur y oeste. Según sus resultados, ambas subespecies han experimentado una disminución en sus poblaciones, pero el impacto del RHDV2 parece haber sido más severo en O. c. cuniculus.

En las áreas donde esta subespecie es dominante, las poblaciones han mostrado una recuperación más lenta, posiblemente debido a una menor resistencia genética al virus. Por otro lado, O. c. algirus ha mostrado una ligera ventaja en su capacidad de recuperación, aunque también ha sufrido caídas significativas.

Unos resultados sesgados por los datos

Sin embargo, es importante considerar algunas limitaciones del estudio que podrían sesgar de manera importante sus resultados. Como los propios autores reconocen, no han controlado variables como la reducción del número de cazadores durante este periodo de tiempo y, por tanto, la disminución de la presión cinegética: con menos cazadores en el campo, es obvio que el número de animales capturados se puede reducir y la referencia de conejos cazados por kilómetro cuadrado pierde su valor.

Hay que tener en cuenta que según los datos del Ministerio de Transición Ecológica el número de licencias de caza se redujo un 38,82% en Castilla-La Mancha entre 2009 y 2021, en el periodo de tiempo estudiado por estos investigadores. Además, en su trabajo afirman que carecían «de datos precisos sobre los esfuerzos particulares realizados por los cazadores en el área de estudio para cazar conejos, lo que es una limitación de nuestro estudio».

Y aseguran: «El número total de cazadores en el área de estudio parece haber disminuido durante el período de estudio. En consecuencia, la disminución de conejos podría haber sido sobreestimada en nuestro estudio. Si el esfuerzo de caza ha disminuido proporcionalmente a la reducción en el número de cazadores, las poblaciones de O. c. cuniculus en REHA (zonas de plaga) pueden en realidad estar aumentando lentamente en lugar de permanecer estables».

Cazador con conejos.
Cazador con conejos. © Ángel Vidal

Cotos que limitan la caza del conejo

Tal y como los investigadores explican en su trabajo el número de licencias de caza activas «puede no reflejar con precisión la presión de caza sobre los conejos» y reconocen que en algunas zonas declaradas de emergencia cinegética «los cazadores a menudo no están de acuerdo con ejercer una fuerte presión de caza sobre los conejos porque creen que el número de conejos actualmente no es tan alto como lo era en el pasado debido al impacto de GI.2».

Además, como reconocen en su estudio «no todos los cotos de caza en el área de estudio se utilizan para la caza del conejo, ya que algunos están designados para la caza mayor», por lo que es imposible saber la evolución de la especie en terrenos en los que no es objeto de caza o se caza mínimamente.

Un estudio que usarán los ecologistas para prohibir la caza del conejo

Tal y como indicábamos al principio, el conejo fue declarado en 2021 como especie en peligro. Este estudio, a pesar de sus grandes carencias y de reconocer que la realidad del conejo podría ser muy diferente a la que proponen en sus conclusiones, va a ser utilizado por los grupos ecologistas para proponer la prohibición de la caza de la especie, puesto que apunta a que sus poblaciones mantienen un imparable descenso.

Este trabajo podría tener implicaciones en la reevaluación del estatus del conejo en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Los investigadores así lo reconocen en su propio trabajo: «Es importante destacar que los resultados de este estudio pueden ser útiles para la próxima reevaluación de la UICN, que se espera que tenga lugar en breve».  Si se considera que las poblaciones han disminuido significativamente, el conejo podría ser catalogado en una categoría de mayor vulnerabilidad. Esto, a su vez, podría llevar a restricciones más estrictas o incluso a la prohibición de su caza, como ya ha sucedido con la tórtola común (Streptopelia turtur).

En resumen, aunque el estudio trata de aportar información sobre las tendencias de las poblaciones de conejos en Castilla-La Mancha, es esencial interpretarlo con cautela debido a las variables no consideradas. Las futuras decisiones sobre la gestión y conservación de esta especie deberán basarse en análisis integrales que contemplen todos los factores que influyen en su dinámica poblacional, como los investigadores advierten: «Esta situación paradójica complica la próxima reevaluación de la UICN sobre el estado del conejo europeo. Una posible alternativa sería realizar reevaluaciones separadas para cada subespecie de conejo. Esto podría ayudar a establecer diferentes modelos de gestión para O. c. cuniculus y O. c. algirus, y en última instancia podría contribuir a la conservación de este último, que solo está presente en la Península Ibérica y unas pocas islas».

Tendencia lineal temporal de la densidad de conejos (número de conejos cazados por km2) durante el período de estudio.
Tendencia lineal temporal de la densidad de conejos (número de conejos cazados por km2) durante el período de estudio.

¿Qué pasaría si el conejo sube de categoría en la Lista Roja de la UICN?

El conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) está clasificado actualmente como «En peligro» en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Si su grado de amenaza se incrementase, pasando a categorías como «En peligro crítico», las implicaciones podrían ser significativas tanto para la conservación de la especie como para las actividades humanas relacionadas con ella.

Un aumento en su grado de amenaza podría llevar a la implementación de mayores restricciones legales, incluyendo la prohibición total o parcial de su caza en muchas regiones. Esto afectaría tanto a las prácticas tradicionales como a la gestión cinegética que actualmente se lleva a cabo en España.

La caza del conejo tiene un peso importante en el mundo rural, no solo como actividad tradicional sino también como motor económico. Una prohibición podría generar conflictos en estas comunidades, especialmente en zonas donde el conejo es considerado una plaga y su control es necesario para proteger los cultivos.

La inclusión del conejo en una categoría de mayor amenaza obligaría a una revisión de los planes de conservación y manejo actuales, incorporando medidas más estrictas para proteger sus hábitats y fomentar su recuperación. Esto podría incluir restricciones en la modificación del terreno agrícola, recuperación de áreas degradadas y limitaciones en el uso de pesticidas que afectan su alimentación y refugio.

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