El Pleno ordinario de noviembre de la Diputación de Ávila, celebrado de forma excepcional en el Teatro Castilla de Arévalo, dejó una de las decisiones políticas más comentadas de los últimos meses: el apoyo mayoritario a instar a la Junta de Castilla y León a estudiar la declaración de la actividad cinegética como Bien de Interés Cultural (BIC). La propuesta llegó de la mano de VOX, aunque finalmente salió adelante gracias a una enmienda del PP que matizó su alcance y evitó el rechazo de varios grupos.

Tras un arranque condicionado por las cinco mociones registradas, la dedicada a la caza fue la que generó un debate más extenso. La redacción inicial planteaba declarar «todas las modalidades de caza mayor y menor» como BIC, una fórmula que pronto evidenció discrepancias por su amplitud. Aunque ningún grupo cuestionó la relevancia de la actividad cinegética en la provincia, sí se discutió si esa referencia global podía dificultar la tramitación.

Por Ávila fue claro al señalar: «No seremos nosotros los que restemos un ápice de esa importancia social, económica, cultural, ambiental de la caza», si bien advirtió de que la figura de protección requiere «valores singulares». Desde el PSOE, las críticas se dirigieron a la falta de documentación y a un planteamiento que, a su juicio, se centraba más en lo económico que en lo patrimonial. VOX defendió su propuesta, pero las objeciones llevaron a una reformulación.

La cetrería, una de las modalidades comentadas en cuanto a su interés cultural.

Una enmienda clave del PP desbloquea el acuerdo

El portavoz popular, Juan Carlos Sánchez Mesón, propuso acotar la petición y solicitar a la Junta que estudie la declaración «mediante la tramitación de los expedientes correspondientes», pero limitada a manifestaciones cinegéticas concretas, como exige la normativa. Ese ajuste permitió salvar el planteamiento inicial y sumar apoyos más amplios.

El texto final obtuvo los votos favorables de PP, VOX, Por Ávila y el diputado no adscrito. El PSOE optó por la abstención. La decisión supone un primer paso para evaluar qué prácticas cinegéticas podrían ser reconocidas como patrimonio cultural, un proceso que corresponderá desarrollar al Gobierno autonómico.

La caza, un elemento identitario en debate

El debate dejó patente la importancia de la actividad cinegética en la provincia, donde aporta empleo, fijación de población y una notable proyección cultural. Las referencias a modalidades con raíces históricas, como la cetrería o las monterías, marcaron buena parte de la discusión, así como la necesidad de fundamentar cada candidatura de forma individualizada.

Aunque el acuerdo no implica una declaración inmediata, sí abre la puerta a que determinadas manifestaciones vinculadas a la caza entren en valoración. En las próximas semanas se espera que los grupos trasladen a sus equipos técnicos las propuestas concretas para iniciar el expediente.

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