La Junta de Castilla y León ha dado un nuevo paso hacia la digitalización del control cinegético. A partir de esta temporada 2025-2026, los precintos de plástico desaparecen definitivamente también en el caso del jabalí, completando la transición al sistema telemático ya implantado en corzo, ciervo, gamo y rebeco. El cambio se materializa con la aplicación CapturCyL, que permite precintar las piezas desde el móvil incluso sin cobertura.

La administración autonómica defiende que este modelo simplifica la gestión de los cotos y reduce la burocracia tanto para los titulares como para los organizadores de monterías y ganchos. Según la Junta, se trata de una medida que combina control, flexibilidad y modernización de los procesos cinegéticos, sin perder garantías legales.

El cazador podrá optar por el sistema digital o continuar con el tradicional en papel. La elección dependerá del titular del coto, que será quien determine cómo gestionar las autorizaciones y el registro de capturas.

CapturCyL: un sistema inmediato y sin conexión

La aplicación CapturCyL permite registrar la pieza abatida en cuestión de segundos. El cazador solo debe activar su autorización pulsando en “Firmo/Acepto” antes de salir al campo. Tras abatir la pieza, completa el precintado digital mediante dos pasos sencillos: confirmar la captura y validar la localización. El sistema genera un código QR que actúa como justificante legal.

Una de las ventajas destacadas es que no requiere cobertura móvil ni certificado digital. La aplicación marca la ubicación del abatimiento en el momento del registro y sincroniza los datos automáticamente cuando el teléfono recupera señal. Además, CapturCyL está disponible para Android y iOS, con manuales de uso accesibles desde los canales oficiales de la Junta.

El papel no desaparece: sigue siendo válido

Pese al avance tecnológico, la administración mantiene la autorización en papel como alternativa. En este formato, tanto el titular del coto como el cazador deben firmar el documento antes de iniciar la jornada. Una vez abatida la pieza, el cazador anota la fecha, la hora y realiza una declaración responsable. El titular, por su parte, dispone de siete días para registrar la información en la plataforma web correspondiente.

Este sistema mixto —digital y en papel— pretende garantizar la continuidad de los métodos tradicionales mientras se afianza el uso de herramientas telemáticas. La Junta considera que la combinación de ambos formatos ofrece seguridad jurídica y flexibilidad a los usuarios, reforzando la trazabilidad de las capturas y avanzando hacia una gestión cinegética más eficiente.

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