El sonido de las escopetas volverá a oirse a partir de mañana en el campo castellano-manchego. Comienza la temporada de caza y lo hace con unas expectativas muy buenas, sobre todo por la abundancia de especies, gracias a una primavera y verano propicias para la cría.
07/10/2013 | ABC
La «reina» del campo, la perdiz roja, ha criado sin problemas y, desde la Federación Regional de Caza y Aproca se habla de que hacía más de 25 años que no había tantos ejemplares; si bien en la última semana la población se ha visto sensiblemente mermada, sobre todo en Cuenca y Albacete, por la virulencia de las tormentas caídas en algunas comarcas.
El presidente de Aproca en Castilla-La Mancha, Luis Fernando Villanueva, comenta que va a ser una temporada estupenda, gracias a un verano no muy caluroso y al retraso de las cosechas, lo que ha permitido que los pollos ya estuvieran crecidos cuando han pasado las cosechadoras por las tierras.
También en caza mayor, tanto ciervo como jabalí, han criado bien y hay buenos trofeos; además, las últimas lluvias caídas harán más fácil trabajar con los perros.
Pero no todo son buenas noticias, porque en un año de buena cría, lo que falla son las escopetas. La crisis está haciendo estragos en la actividad, que anualmente genera miles de puestos de trabajo y jornales, sin olvidar los sectores que viven indirectamente.
Según explica Luis Fernando Villanueva, la caza «tiene una carga social muy importante en Castilla-La Mancha». Aunque en los cotos sociales de los pueblos la crisis no ha tenido tanta repercusión, «las cuotas son pequeñas y no necesitan mantenimiento», el problema surge en la actividad comercial, es decir, monterías, ojeos, puestos… «donde ha habido una importante caída de la demanda», de ahí que se estén buscando fórmulas para reactivar el sector, con clientes extranjeros.
«Es erróneo pensar que los cotos privados de caza son rentables», asegura Villanueva. «Es cierto que generan bastante actividad económica, pero tienen unos grandes gastos». Para gestionar un coto se necesita, al menos, un guarda de caza, a lo que hay que añadir los gastos de kilometraje, los del mantenimiento del hábitat, de los caminos, es decir, unos 30.000 ó 40.000 euros como mínimo; unos gastos que en ningún caso se recuperan con la venta de la caza. «Por lo que se puede decir que el 99% de los cotos en la región no son rentables».
A todo ello hay que unir que aunque se están dando más o menos las mismas monterías en las últimas temporadas -hay que montear todos los años para que no se dispare la población y sea un problema para el equilibrio del hábitat-, se hace con menos puestos; si hace unos años se vendían 40 puestos, ahora se caza con 20 y donde se pagaban 2.000 euros, ahora se abonan 400 euros.
A estos problemas se une, como indicaba el presidente de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha, Juan de Dios García, la falta de relevo generacional; los jóvenes no están muy interesados por la actividad, de ahí que proponga campaña formativas sobre la caza y lo que supone para el medio natural y para la economía de la región, así como incentivos a las sociedades de cazadores desde la Administración. «Al igual que el Gobierno ha apostado con acierto por los toros, debería hacer lo mismo con la caza».
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