Hace algunos meses que los grupos ecologistas de España comenzaron esta ‘guerra’ contra el pádel. Desde algunas de ellas señalaron a este deporte como el causante del aumento del número de aves que mueren cada año como consecuencia del impacto contra cristales.

El gran crecimiento del pádel se está dejando ver a nivel internacional. Con un total de 15.300 pistas, nuestro país es el que mayor número de ellas tiene en el continente europeo. Tal y como apuntan las previsiones, en el año 2026 habrá, aproximadamente, 85.000 pistas en todo el mundo.

A pesar de su impacto positivo en lo que respecta a lo económico y lo deportivo, lo cierto es que no todos los efectos de su cada vez mayor popularidad lo son.

La nueva amenaza para los pájaros

Las pistas de pádel están rodeadas de cristales que, en muchos casos, no tienen ni una pequeña pegatina que avise a los pájaros de su presencia. Por ello, estas se han convertido en los nuevos señalados por parte de las asociaciones ecologistas.

Estudios recientes evidencian que la mortandad de aves se están produciendo, en gran parte, por el choque contra elementos acristalados, como es el caso de las paredes de las pistas de pádel. Sin embargo, no se tiene un dato concreto de dicha mortandad.

Beatriz Sánchez, de la ONG SEO BirdLife, ha sido una de las voces encargadas de dar visibilidad a este aspecto en los medios de comunicación. De este modo, han etiquetado a ciertos casos de pistas como «una auténtica masacre».

El Fiscal de Medio Ambiente plantea aplicar el Código Penal

Ante estas propuestas, Antonio Vercher, Fiscal Coordinador de la Unidad de Medio Ambiente, ha respondido remitiendo un oficio a los fiscales delegados de la red que dirige.

En este les recuerda que pueden aplicar el reciente artículo 340 bis del Código Penal en materia de maltrato animal. Si esto se llevara a cabo, los responsables de las pistas de pádel se podrían exponer a penas de hasta 18 meses de prisión.


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Para paliar la situación, Beatriz Sánchez, en sus varias apariciones mediáticas, ha propuesto diversas soluciones que podrían reducir la frecuencia de estas colisiones por parte de las aves.

Entre ellas, Sánchez ha apuntado a utilizar pegatinas que cubran el cristal y ayuden a estos animales a no chocar contra ellos. En concreto, proponen utilizar franjas verticales con, al menos, 10 centímetros de distancia. Asimismo, también podrían instalarse redes o rejas alrededor de estas paredes transparentes para que los pájaros puedan advertir su presencia.