Por Martín Fisher

Cada vez somos más los aficionados a la pesca deportiva comprometidos con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Los recursos naturales son limitados y en nuestras manos está cuidarlos y conservarlos disfrutando de un deporte tan natural y saludable como es la pesca.

El captura y suelta (catch & release) es una práctica cada vez más habitual entre los pescadores deportivos. Sin embargo, no siempre la realizamos de la forma más adecuada para conseguir el objetivo que buscamos que es que el pez sobreviva sin mayores daños sin romper el equilibrio del entorno al que pertenece, ya sea en el mar o en el agua dulce.

Aquí os dejamos algunos consejos basados en la experiencia adquirida durante todos estos años para un buen captura y suelta.

Una captura de Martín. © Eddie Angler

1. El equipo

Tiene que ser el adecuado al tipo de pesca y tamaño de los peces que vamos a buscar. Si buscamos peces pequeños utilizaremos equipos de spinning: caña, carrete y líneas ligeros, ultraligeros o de rockfising y si buscamos peces más grandes equipos de spinning medio o pesado. En el mercado existe un amplio rango de productos y marcas que se ajustan a cada necesidad. Es muy importante y la razón es no someter al pez a un estrés extremo que pondría en grave riesgo su recuperación y reintroducción en el medio, sobre todo los más grandes que si los pescamos con un equipo excesivamente ligero se desvivirán literalmente en la lucha al segregar por estrés un tipo de ácido (láctico), acompañado de una bajada drástica del PH muscular que los paralizará/adormecerá por completo y acabarán muriendo como anestesiados (rigor mortis) siendo imposible su recuperación y el captura y suelta. En líneas generales, destacar también que los peces del mar sobre todo los pelágicos como anjovas, palometones, bonitos, bacoretas, serviolas, etc… al ser tan nerviosos, activos y batalladores, son mucho más delicados para recuperar y susceptibles de padecer estrés y disparar su ácido láctico por las peleas y derroche de energía que ofrecen.

2. Los anzuelos

Siempre es mejor utilizar anzuelos que triples o poteras. Ideal sin muerte, aunque también se pueden utilizar anzuelos simples y/o biodegradables, con forma redondeada (apertura ancha) y de un grosor y tamaño siempre adecuados al tamaño y tipo de pez que vamos a buscar. El pinchazo es mucho más limpio y es más fácil desanzuelar sin desgarros ya que por su diseño suelen engancharse fácilmente en zonas de bajo riesgo como son la boca y la comisura de los labios con más cartílago y menos terminaciones nerviosas y músculo. Así reducimos en un porcentaje altísimo el riesgo de que el anzuelo se enganche en branquias, agallas, esófago u otras partes más vulnerables del cuerpo. En caso de rotura acaban biodegradándose de forma natural liberando al pez sin perjudicar el entorno. En el mercado existen anzuelos de este tipo disponibles para utilizarlos.

3. Los señuelos

Siempre es mejor la modalidad de spinning y los señuelos duros que los cebos naturales o blandos ya que así reducimos notablemente el riesgo de que el pez engulla. El tamaño del señuelo debe ir también acorde al equipo y tipo de pesca del pez que vamos a buscar. Señuelo más pequeño para pez pequeño, señuelo más grande para pez grande. En líneas generales los señuelos proporcionalmente más grandes siempre tienen menos riesgo de daño ya que es más difícil que los ataque cualquier pez y que los engullan. Se recomienda también que los señuelos a ser posible estén diseñados y fabricados en materiales sostenibles como la madera, tungsteno o de plásticos reciclados ya que son menos perjudiciales para el medio ambiente.

4. La picada

Otra captura de Martín. © M. F.

No esperes demasiado a que el pez engulla, si notas los toques del pez es mejor ser rápido en la clavada sin esperar demasiado ni dar golpes desproporcionados a la caña. Así evitamos que el pez trague y conseguimos que se clave limpiamente del morro sin mayores daños.

5. El salabre

Una sacadera con el pez. © M. F.

Es fundamental no solo para asegurar la captura, también para mantener en condiciones el pez mientras lo manipulas siempre dentro del agua. Cuanto más grande y amplio sea el salabre/sacadera mejor. Es fundamental que las fibras interiores que se entrelazan no sean de tela así evitamos enredos innecesarios de anzuelos o aletas que retrasarían y complicarían todo el proceso.

6. Desanzuelado

La experiencia y paciencia del pescador es fundamental. Hay que hacerlo sin prisa, pero sin pausa. Mantener al pez siempre dentro del salabre y lo más cerca del agua pero sin sumergirlo completamente. Utilizar unos alicates alargados adecuados y con cuidado buscar el ángulo de salida de cada anzuelo sin tensar. Es importante no ser brusco y hacerlo con calma sin tirar ni retorcer el pez con los alicates para evitar desgarros o lesiones. Sujetar e inmovilizar al pez con un grip especialmente diseñado mientras lo desanzuelas facilita también el proceso.

7. Medidas y peso

Si el pez es grande es preferible medir longitud y contorno y sacar en una calculadora el peso estimado según la especie. En internet hay varias opciones que te dan pesos orientativos. Otra opción es humedecer una bolsa, lona, saco o moqueta adecuados con el mismo agua del mar, río o pantano de donde lo hayas sacado, sacar de la sacadera y colocar el pez con cuidado, verter un cubo del mismo agua por encima del cuerpo y agallas (puedes hacerlo varias veces), introducir el pez con cuidado dentro de la bolsa y sujetando de las asas (no de las agallas) pesar rápidamente con la bolsa (apenas afecta unos gramos al alza y evitamos daños y desgarros innecesarios). Recuerda humedecer previamente tus manos con el mismo agua si lo tocas para no alterar la mucosa que lo protege y de mantener siempre el pez hidratado.

8. Fotos y vídeos

A continuación, y para inmortalizar el momento, sujeta con las dos manos ligeramente humedecidas el pez en horizontal (debajo de la cabeza y por la cola). Si el pez no es grande también se puede hacer en vertical sujetando con cuidado por la boca siempre que no tenga dientes. No introduzcas nunca los dedos dentro de las agallas. Un grip de agarre especialmente diseñado para esta función facilitará el proceso para que el pez permanezca inmóvil al igual que un compañero que nos ayude con las fotos. No tardes demasiado, un par de minutos será suficiente. A continuación una vez medido, pesado y sacadas las fotos coloca el pez de nuevo con cuidado en el salabre dentro del agua.

9. La liberación

Pez bajo el agua a punto de ser liberado. © M. F.

Antes de liberar el pez para tranquilizarlo y proteger su mucosa de heridas y posibles infecciones bacterianas, hongos o parásitos, suelo utilizar un antiséptico y/o desinfectante/fungicida de amplio espectro, especial para agua salada o dulce dependiendo el caso. Importante que sea completamente inocuo y biodegradable. En el mercado hay varias opciones disponibles. Con el mismo agua del medio que lo has sacado en un recipiente de 250/500ml, echa unas gotitas del producto y vierte/reparte el contenido sobre el cuerpo, boca y agallas. Esto será suficiente para relajar el pez y proteger/reactivar su mucosa frente a posibles infecciones. Puedes hacerlo dentro de la sacadera o sobre una lona, saco o moqueta humedecida. Guarda el recipiente para el futuro. A continuación, y antes de liberarlo suelo humedecer de nuevo mis manos y mientras lo sujeto suavemente por la cola, o por la boca si no tiene dientes, retiro con cuidado la sacadera para empezar a oxigenarlo con movimientos laterales suaves dentro del agua y sin golpearlo. Normalmente solo pasan unos segundos y el pez impulsado de forma natural con su cuerpo y por su cola se libera por sí mismo de mis manos y se marcha tranquilo sin mayores daños desapareciendo en el fondo sin dejar rastro. Si ha sucedido así es una buena señal y el captura y suelta se ha realizado con éxito. Si a pesar de todo no consigues reanimar un pez (notarás que no está bien y no responde) es mejor no soltarlo. Llévatelo a casa y disfruta de un buen pescado en familia o con los amigos. Comer pescado está dentro de una dieta saludable y no haces mal a nadie. Por uno que te lleves habrás soltado 10 con éxito dándoles la oportunidad de sobrevivir un día más en su entorno.

10. El tamaño del pez

Pez liberándose. © M. F.

Recuerda que los ejemplares más grandes son los más delicados y difíciles de recuperar (se estresan proporcionalmente mucho más que los pequeños) y si mueren o no los devuelves afecta muy negativamente al equilibrio del entorno al que pertenecen porque son excelentes reproductores y también controladores de sobrepoblaciones de otros peces, al depredar sobre ellos, incluso sobre los de su misma especie. Liberar estos grandes peces en condiciones es importantísimo no solo para que sobrevivan con éxito, también para el equilibrio ya que actúan como autorreguladores de la biodiversidad y salud del entorno al que pertenecen. Importante estar al tanto del listado de especies autóctonas en cada región.

11. El entorno

Cuando salimos de pesca otra forma de repercutir positivamente en el entorno es recoger restos de basura como plásticos, latas o vidrios que podamos encontrar en tierra o que saquemos del agua con nuestras cañas, meterlos en una bolsa de basura junto a la que generemos por nuestra parte y reciclarlo. De esta forma hacemos que la pesca y nuestras acciones ayuden en el día a día a conservar y cuidar el entorno. Estos pequeños gestos también afectan positivamente al captura y suelta ya que ayudamos a limpiar y mantener el entorno directo y también indirecto en el que viven los peces como son el mar y las playas, los ríos y los bosques o los pantanos y las montañas.

La pesca es algo muy natural y como tal podemos también actuar de forma sostenible y responsable haciendo del planeta un lugar mejor para todos: personas, plantas y animales. Como siempre todo se puede mejorar y en cada uno de nosotros está la posibilidad de hacerlo adaptándonos a cada una de las circunstancias que nos puedan surgir en nuestras salidas de pesca con el objetivo de que el pez sobreviva con garantías en su entorno natural ya sea en el mar o en el agua dulce.

                                                                                        

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