Los cazadores siempre han sido los únicos que han trabajado por la conservación y el crecimiento de las poblaciones de perdiz roja (Alectoris Rufa), una especie mágica a la que también dedicó su preciado talento Félix Rodríguez de la Fuente. A pesar del acecho actual y la amenaza de la Comisión Europea, que tiene en su agenda prohibir la caza de esta especie, el sector cinegético ha estado siempre preocupado por su bienestar y su crecimiento.
En este documental, Rodríguez de la Fuente aborda los peligros de entonces y del futuro que acecharían a la perdiz, las formas de caza existentes y la reproducción y crecimiento de las patirrojas. «Todavía está muy lejos la primavera cuando las estepas y montes españoles trepidan con el canto de las perdices. Nuestras hermosísimas perdices rojas, en pleno mes de febrero, están ya emparejándose», comienza describiendo con su particular tono de voz Félix en el prólogo del capítulo de El Hombre y la Tierra.
«El rocío sobre la pluma densa, los machos de las perdices rojas desafiando las frías madrugadas del mes de febrero en lo que podríamos llamar una batalla acústica. Las parejas de perdices han tomado ya posesión de sus territorios: unas, en las llanuras, otras en los bosquecillos y otras en tierras de labor o cerca de los huertos. Y la manera que tienen las perdices de proclamar sus derechos territoriales es el canto», relata Rodríguez de la Fuente.
Un adelantado a su tiempo que ya atisbó hace medio siglo los peligros presentes de la perdiz
Si por algo es conocido el gran Félix Rodríguez de la Fuente es por ser un adelantado a su tiempo, un conocedor de lo que podría pasar en el futuro y el gran Debe que dejó a millones de personas en nuestro país es habernos dejado tan pronto. También con la perdiz dio fe de su cabeza a la delantera y ya atisbó en este reportaje los grandes peligros que la acecharían, como el cambio en el modelo agrícola o la proliferación de jabalíes en muchas zonas de nuestro país.
«Durante la incubación resultan sumamente vulnerables las perdices y los huevos que ocupan sus nidos. Ha podido comprobarse en España que la explosión demográfica de los jabalíes ha venido acompañada en un drástico descenso en las poblaciones de perdices de algunos montes y tierras de labor», explica sobre este problema. «Los jabalíes, que disfrutan de un olfato extraordinario, terminan con muchas polladas de perdiz. Mejor conocido es el zorro como enemigo de las polladas de perdices. Ha de conducirse este depredador con el olfato, igual que los perros de caza, para acabar con polladas enteras», señala Félix.
Por último, explica cómo cazan otros depredadores de la perdiz como el águila real o el lince a las patirrojas.