Debido al descenso de la capa de hielo en el Yukón, al norte del país, se están creando nuevas oportunidades para que los agricultores puedan cultivar allí. Por ello, el gobierno incentiva esta medida. Para optar a la oferta hay que cumplir una serie de requisitos que aquí explicamos.
28/5/2017 | Redacción JyS
Según publica ADN, el gobierno del Territorio del Yukón, al norte de Canadá, quiere atraer a pequeños agricultores a esta gélida región con algo simple: tierra libre. Y como estas regiones son cada vez más benignas para la agricultura debido al deshielo de algunas zonas, las oportunidades crecen.
Según un funcionario del gobierno canadiense, en la última década ya se han regalado casi 2.340 hectáreas de tierras aptas para el cultivo; y ya están estudiando aproximadamente una docena más de solicitudes. «Se espera que nuestro territorio se haga más húmedo y cálido», advierte Rod Jacob, funcionario gubernamental del Departamento de Energía, Minas y Recursos de la capital de la región, Whitehorse. Y añade: «Podemos ver oportunidades con una creciente temporada de cultivo».
«Una serie de programas ayudan a los agricultores a ser más resistentes al cambio climático. Estos incluyen la financiación para fomentar el acceso al agua para el riego o para mejorar la eficiencia del agua», afirmó Jacob.
Tal y como relata Rod, la tierra libre sólo está disponible para los canadienses y los residentes permanentes que han estado viviendo en el Yukón durante más de un año. Aquellos que quieran un terreno de 65 hectáreas -el máximo permitido-, deben pagar para desarrollar la finca, invertir en la propiedad y cumplir con otras condiciones. Por otra parte, las personas que reciban esas tierras libres las deberán cultivar en la propiedad durante al menos siete años antes de que puedan venderla.
La tierra libre en el Yukon ha estado en oferta desde 1982, con una media de distribución de unas diez parcelas por año. Gran parte de culpa de que hayan aumentado las tierras libres es del aumento de la temperatura durante los últimos 50 años, unos cuatro grados de diferencia. Este aumento también ha provocado un descenso en las poblaciones de caribú -importante fuente de alimento para los indígenas-.