En el corazón del Centro de Actividades Cinegéticas “Carlos Astorga”, en Archidona (Málaga), 22 niños han vivido durante una semana una experiencia que va mucho más allá del simple entretenimiento. Los Campamentos de Verano de la Federación Andaluza de Caza (FAC) han cerrado una edición muy especial en la que, con juegos, talleres y excursiones, los pequeños han redescubierto el vínculo más esencial: el que nos une con la naturaleza.
Tras cuatro años de parón provocados por la pandemia, la iniciativa impulsada por la Escuela de Caza “Pedro Acedo” ha regresado con fuerza. Durante siete días, los niños han participado en actividades tan diversas como cetrería, astronomía, reciclaje, cocina o adiestramiento de perros, todas ellas diseñadas para fomentar la curiosidad, el respeto por el medio ambiente y el compañerismo. Ha sido una semana sin pantallas, sin prisas, donde el aprendizaje ha llegado de la mano del juego.
La convivencia ha sido ejemplar. Los monitores Raquel, María, Rubén y Fernando —algunos antiguos alumnos de los campamentos— han sido piezas clave para que el grupo funcionara como una familia. Cada actividad se ha desarrollado en un ambiente de alegría, con una organización impecable y unas instalaciones, las del Hotel Rural “Carlos Astorga”, entregadas por completo a la causa.
Una clausura cargada de emoción
La jornada de cierre fue un fiel reflejo del espíritu que ha impregnado todo el campamento. En ella participaron el presidente de la FAC, José María Mancheño; el alcalde de Archidona, Manuel Almohalla; y la directora de la Escuela de Caza “Pedro Acedo”, María Nuevo. Padres, hijos y organizadores compartieron un emotivo adiós que dejó claro que lo vivido durante esos días había calado hondo en todos.
«Muchos niños se despiden hoy con pena después de una semana de diversión en la que han compartido juegos, risas, aprendizaje y, sobre todo, han recuperado su vínculo con la naturaleza», explicó María Nuevo. «La pena que a los pequeños y a los niños nos produce acabar esta intensa semana nos va a durar muy poco: pronto empezaremos a trabajar con ilusión para mejorar futuras ediciones».
Una apuesta firme por la educación en valores
Más allá del entretenimiento, el proyecto tiene una dimensión educativa de primer nivel. Los niños han aprendido sobre sostenibilidad, flora y fauna, reciclaje y comportamiento responsable en el entorno. Lo han hecho desde la práctica y la experiencia directa, entendiendo que la naturaleza no es un decorado, sino un espacio vivo que necesita respeto y cuidado.
El presidente de la FAC, José María Mancheño, subrayó la importancia de este tipo de iniciativas para sembrar en los más jóvenes una conciencia ecológica real. Durante la clausura, agradeció especialmente el respaldo del Ayuntamiento de Archidona y la colaboración de la Fundación Artemisan, que a través de un concurso de dibujo becó a cuatro niños para asistir gratuitamente a los campamentos.








