En Málaga se ha confirmado por primera vez la presencia del avispón asiático (Vespa velutina), conocido popularmente como avispa asesina por la peligrosidad de su picadura y la potencial mortalidad de su picadura, especialmente entre personas del ámbito rural con contacto directo con el medio natural. El hallazgo de dos nidos en la zona sur de la capital ha encendido las alarmas entre apicultores y autoridades medioambientales.
El aviso lo dio un guarda rural, quien notificó a la Consejería de Medio Ambiente la localización de los nidos en áreas cercanas a zonas habitadas, concretamente en el entorno de Arroyo Pachurraco y en las inmediaciones de la laguna de Jauría de Canes. El trabajador ha solicitado la intervención urgente de los equipos especializados para su destrucción controlada.
Una amenaza para las personas y la biodiversidad
El avispón asiático no solo representa un riesgo directo para la población. Sus picaduras pueden provocar reacciones graves e incluso la muerte en personas alérgicas o tras múltiples ataques, lo que incrementa la preocupación al haberse detectado en áreas con actividad humana frecuente.
Además, se trata de una especie invasora que depreda de manera sistemática a las abejas melíferas (Apis mellifera). Este comportamiento pone en jaque a la apicultura local y a la biodiversidad de la zona, ya que las abejas son fundamentales para la polinización de cultivos y ecosistemas. Los expertos recuerdan que en regiones del norte peninsular, donde la avispa lleva años asentada, los daños en colmenas han sido devastadores.

Málaga, entre dos frentes
La detección de Vespa velutina se suma al problema que ya sufre la provincia con la expansión de la avispa oriental (Vespa orientalis), cuyo avance ha sido fulgurante desde 2022. Esta última especie ya se observa en jardines, playas e incluso viviendas particulares en Málaga capital, y ha generado pérdidas notables en el sector apícola.
Los apicultores temen ahora la coexistencia de ambas especies invasoras. «Esta rápida expansión indica que la especie está colonizando nuevos hábitats y aumentando su presencia en el territorio», señalaron desde la plataforma Bee Garden, impulsada por los apicultores Eva Gómez y José Gil. La situación, advierten, incrementa la presión sobre las colmenas, que ya sufren múltiples factores de estrés ambiental.
Urgencia de medidas de control
Las organizaciones agrarias y el propio sector apícola insisten en la necesidad de actuar con rapidez. Reclaman inversiones en investigación aplicada, desde feromonas y trampas específicas hasta el uso de drones con cámaras térmicas para localizar nidos en áreas de difícil acceso. El objetivo es frenar una expansión que, de no controlarse, podría tener un impacto grave en la agricultura malagueña y en la seguridad de los ciudadanos.
La Consejería de Medio Ambiente ha recibido la notificación oficial y se espera que actúen en consecuencia. Mientras tanto, los expertos piden a la población extremar la precaución y notificar cualquier avistamiento para facilitar su control.









