Los periodistas españoles David Beriáin y Roberto Fraile han sido asesinados en Burkina Faso mientras hacían su trabajo. Ambos acompañaban a una patrulla anti furtivos para elaborar un reportaje sobre una de las mayores lacras que arrasan el continente negro.
Los dos periodistas se encontraban en paradero desconocido tras un ataque ejecutado por personas armadas no identificadas contra una patrulla mixta de la unidad contra la caza furtiva en la provincia de Kompienga (sureste).
Radiografía de un furtivo en África
Jara y Sedal se ha puesto en contacto con Ramón Garoz, cazador experto en África, que ha llegado a vivir muy de cerca la problemática de los furtivos y los conoce a la perfección. «Hace cinco años estuve cazando en el norte de Camerún. En esa época Chad acabó con las poblaciones de elefante de sabana, financiado por China. Muchos trataron de culpar a Boko Haram pero era mentira. Todas estas acciones se cometieron con armas militares», explica Garoz.
«La matanza se terminó cuando Francia dio la voz de alarma y el gobierno de Camerún desplazó a los militares a la zona. Nosotros escuchábamos los disparos desde el campamento. Fue una situación muy difícil», recuerda Garoz, quien reconoce que el peligro de esta inestable zona.
Sobre la forma de actuar de los furtivos, Ramón asegura que «era una matanza absoluta. Disparaban a todo: machos, hembras y crías. Una vez acababan con la manada llamaban a la gente de los pueblos cercanos para que se llevaran toda la carne y así tenerlos silenciados».
«Detuvimos a un furtivo y retiramos 50 lazos»
En una de sus expediciones por Camerún, Ramón Garoz tuvo un encuentro cara a cara con un furtivo: «Una tarde localizamos un animal que parecía enfermo. Estaba envenenado y lo tuvimos que rematar para evitarle más sufrimiento. Ese mismo día encontramos a una hembra de cob de Buffon con la pata enganchada en un lazo. La rescatamos y enseguida entendimos que un furtivo andaba cerca.
Por la mañana, todavía de noche, un hilo de humo llamó nuestra atención y el profesional y la patrulla que nos acompañaba fueron a por él. En total retiraron 50 lazos que estaban colocados por el río. Era un furtivo profesional que se echaba dos semanas en el campo para conseguir la máxima cantidad de carne posible, ahumarla y venderla en el mercado. Allí nos aseguraron que no lo hacía para comer sino que este tipo de furtivos venden la carne de los animales que matan para conseguir alcohol de forma rápida».
«El veneno acaba con leones, leopardos y hienas»
El emboloro (ganadero africano) es otro tipo de furtivismo con el que se ha podido encontrar Ramón en casi todos los países africanos que ha tenido que visitar: «Es el clásico ganadero que protege a sus vacas por encima de todo y no duda en masacrar otras especies en busca del bienestar de su rebaño. Cada vez hay menos leones, leopardos, hienas o buitres porque ellos se encargan de envenenar los cebos y evitan así que ataquen al ganado. Todo esto lo achacan a la caza legal, pero es evidente que esta es una de las razones principales».
¿Por qué es tan peligrosa la situación en Burkina Faso?
La situación actual de Burkina Faso hace que sea una zona muy inestable. Según el Gobierno, la actualidad está está marcada por la creciente violencia terrorista yihadista (Ansaroul Islam, Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes-GSIM) e intercomunitaria. La porosidad de las fronteras y la débil presencia de las fuerzas de defensa y seguridad en las regiones limítrofes con Malí y Níger han facilitado la extensión del terrorismo a Burkina Faso especialmente desde 2018.
Debido a la situación de inseguridad, se calcula que hay más de un millón de desplazados. Hay miles de escuelas cerradas por amenaza terrorista. Se observa malnutrición y falta de acceso a cuidados médicos en ciertos casos.
La seguridad del Sahel y concretamente de Burkina Faso es motivo de preocupación nacional, regional e internacional. A diferencia de Mali y Níger, en Burkina Faso no existe ninguna misión de las Naciones Unidas ni tampoco misiones de PCSD de la Unión Europea.