La temporada de setas suele atraer a cientos de personas a los bosques centroeuropeos, pero lo que para muchos es una tradición familiar puede convertirse en un problema legal. En Baden-Württemberg (Alemania), dos ancianos regresaron a casa con 19 kilos de boletus en sus cestas y acabaron con una multa de 1.700 euros. El caso ha servido de ejemplo para recordar que la normativa alemana es estricta con la recolección.
En Alemania, la Ley Federal de Conservación de la Naturaleza establece que solo se pueden recoger hongos «para consumo propio en pequeñas cantidades». Eso significa que cada persona puede llevarse del bosque entre uno y dos kilos diarios. Superar esa cifra se considera una infracción, y las autoridades aplican sanciones que suelen rondar los cien euros por cada kilo recolectado de más.
Límites que muchos desconocen
No todos los recolectores conocen la llamada «regla del ramo de mano», que fija las cantidades consideradas razonables para el consumo doméstico. Las autoridades alemanas justifican la norma como una forma de preservar la biodiversidad y evitar abusos comerciales. En este caso, los ancianos superaron con creces el límite permitido, lo que convirtió la salida al monte en un gran disgusto.
Cada estado federal alemán aplica sus propios estándares, pero en todos los casos el criterio es similar: pequeñas cantidades para uno o dos platos. Quien desee recoger más debe contar con una autorización expresa, ya que las setas no solo forman parte del patrimonio natural, sino que también están protegidas por la legislación de conservación.

Multas que pueden dispararse
El importe de las sanciones varía en función de la gravedad. En casos de recolección comercial o de especies especialmente protegidas, las multas pueden ascender a los 10.000 euros y, en los supuestos más graves, alcanzar incluso los 50.000 euros. En la Selva Negra se han registrado sanciones superiores a los 7.000 euros tras la incautación de más de 70 kilos de setas.
El propio diario alemán Frankfurter Rundschau recordaba que entre los hongos bajo protección especial figuran especies tan apreciadas como el boletus, los rebozuelos, las trufas o el boletus de bronce. La recomendación de las autoridades es clara: «Si no está seguro, es mejor no recolectarlos o consultar a un experto». Y advierten: «La ignorancia no protege contra el castigo».








