Con la llegada de la primavera, los montes comienzan a despertar del letargo invernal, los días se alargan y las temperaturas suben. Es una de las épocas favoritas para muchos cazadores, pero también el momento en el que uno de los parásitos más desagradables del campo empieza a hacer acto de presencia: las garrapatas. Esos pequeños arácnidos, casi imperceptibles a simple vista, pueden arruinar una jornada de caza o, lo que es peor, poner en serio riesgo nuestra salud.

En este contexto, un cazador experimentado ha compartido las redes con un vídeo espeluznante en el que muestra, sin filtros ni adornos, cómo decenas de garrapatas suben por su ropa tras caminar por el monte durante una jornada de caza del oso en primavera. La escena parece sacada de una película de terror para cualquier amante del campo: pequeños puntos negros que se mueven lentamente sobre la tela, buscando un lugar para engancharse y alimentarse.

 
 
 
 
 
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Un truco para cogerlas

Lo más interesante del vídeo no es solo el número de garrapatas, sino el truco casero que utiliza el cazador para deshacerse de ellas: un simple cartón adhesivo. Al más puro estilo de las trampas para ratones o insectos, este cazador lleva consigo un cartón cubierto de pegamento que utiliza para ir atrapando una a una todas las garrapatas que detecta en su ropa. Con cada pasada, el cartón va acumulando decenas de pequeños cuerpos que quedan irremediablemente pegados.

El resultado habla por sí solo: al final del vídeo, el cartón está cubierto por una masa oscura compuesta por cientos de garrapatas. «Mis respetos si llegas al final del vídeo», dice el autor con tono de humor. Y no le falta razón: no es apto para aprensivos.

Un jabalí se rasca.
Un jabalí se rasca. © Shutterstock

¿Y el permetrina? ¿No funciona?

El autor del vídeo aclara un punto importante: sí había usado permetrina, una sustancia química sintética que se utiliza como repelente de garrapatas. Y además no solo en su versión comercial, sino incluso una de alta concentración comprada en una tienda especializada. Sin embargo, como él mismo explica, la permetrina no es infalible: su efectividad disminuye cuando se atraviesan zarzas, al mojarse por la lluvia o cruzar arroyos, y se va degradando con los días, especialmente en actividades tan exigentes como la caza en montaña.

«Puedes usar spray antimosquitos y aún así te pican, puedes ponerte crema solar y aún así quemarte…», explica gráficamente en su publicación. La moraleja es clara: la permetrina ayuda, pero no es una solución mágica. Y por eso, contar con métodos adicionales —como este cartón adhesivo— puede ser la diferencia entre regresar a casa sano o con un serio problema de salud.

Las garrapatas: pequeñas pero peligrosas

Más allá del asco o la incomodidad que puedan causar, las garrapatas son un vector de enfermedades peligrosas. En España, su presencia se ha incrementado en los últimos años debido a varios factores: el cambio climático y el aumento de poblaciones de animales silvestres (como jabalíes y ciervos).

Entre las enfermedades más conocidas y graves que pueden transmitir está la enfermedad de Lyme, causada por la bacteria Borrelia burgdorferi. Esta infección puede producir síntomas como fiebre, dolores musculares, fatiga extrema, y en casos no tratados, afectaciones neurológicas o articulares crónicas.

Cartel avisando del peligro de las garrapatas en esa zona.
Cartel avisando del peligro de las garrapatas en esa zona.

Otra amenaza es la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, presente ya en varias comunidades autónomas de la península. Esta enfermedad vírica, con una tasa de mortalidad elevada, ha generado preocupación entre las autoridades sanitarias y ha llevado a lanzar campañas de concienciación entre los colectivos rurales.

Además, las garrapatas pueden causar la parálisis por garrapata, una condición neurológica que, aunque rara, puede ser potencialmente letal si no se trata a tiempo. Y no podemos olvidar las múltiples reacciones alérgicas o infecciones locales que pueden producirse simplemente por una picadura mal curada.

Prevención: la mejor arma

Ante este panorama, cualquier medida de prevención es poca. Además del uso de permetrina y repelentes específicos, es aconsejable utilizar ropa clara que facilite la detección de las garrapatas, llevar los pantalones metidos dentro de las botas o calcetines —o bien utilizar rastrojeras—, y revisarse minuciosamente tras cada jornada de campo, prestando especial atención a zonas sensibles como las axilas, las ingles o la parte posterior de las rodillas. También se recomienda ducharse lo antes posible después de la actividad, y en caso de encontrar una garrapata adherida, retirarla con unas pinzas finas, sujetándola lo más cerca posible de la piel y tirando con firmeza pero sin girar, para evitar que quede parte del parásito dentro de la piel.

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