Un vídeo difundido en TikTok por el usuario @joseeltuerca ha puesto el foco en un problema que, cuando ocurre, deja poco margen para el consuelo: el daño a los árboles. En la grabación, un agricultor cuenta que contrató a un hombre para que recogiera la aceituna en su finca y que, al llegar, se encontró algunos olivos (Olea europaea) tronchados, con el tronco quebrado y en el suelo. La denuncia, contada a pie de olivar, ha provocado una cascada de reacciones, desde quienes piden reclamar daños cuanto antes hasta quienes ven en el caso el resultado de una campaña cada vez más marcada por las prisas y por la necesidad de abaratar costes.

¿Por qué sucede esto?

En muchas zonas olivareras, la recolección mecanizada se apoya en equipos que trabajan a base de vibración. El sistema, explicado de forma simple, consiste en sujetar el árbol y transmitirle un movimiento rápido y repetitivo para que el fruto se desprenda por inercia. Los equipos más habituales son los vibradores acoplados a tractor o máquinas autopropulsadas, que operan con un brazo hidráulico terminado en una pinza. Esa mordaza se ajusta al tronco —o, en determinados casos, a una rama principal— y, durante unos segundos, aplica la vibración.

La recogida suele completarse con un paraguas invertido que se despliega alrededor del árbol y conduce la aceituna a un cajón, o con lonas extendidas bajo la copa, que luego se recogen y se cargan. Bien empleado, el sistema permite cosechar con rapidez y reducir mano de obra. Pero esa misma potencia exige destreza y prudencia: no todos los olivares se comportan igual, ni todos los árboles tienen la misma estructura, el mismo anclaje o la misma resistencia.

Cuando algo falla, el árbol puede quedar seriamente herido o, en situaciones extremas, partirse. Puede influir el punto donde se coloca la pinza, el tiempo de vibrado, el tipo de maniobra, el terreno o el estado del propio árbol. Un movimiento lateral brusco, una operación demasiado agresiva o una falta de adaptación al olivar concreto puede traducirse en daños difíciles de reparar, porque el olivo no es un útil que se sustituye: es años de crecimiento y producción en juego.

@joseeltuerca

♬ sonido original – EL TUERCA

Las reacciones no se han hecho esperar

La conversación en comentarios ha ido directa al corazón del dilema. Varios usuarios relacionan lo ocurrido con el ritmo de trabajo propio del destajo. Antonio Ángel lo expresa sin rodeos: «Pues en vez de tanto destajo deja que los trabajadores se tomen el tiempo necesario para hacer bien las cosas. Tenéis mucha prisa algunos».

En medio del ruido, algunos comentarios apuntan a la salida práctica: reclamar. «Denuncialos y no tardes mucho», aconsejan. Y el usuario 777 añade: «eso es denunciable aparte los maquinistas tienen un seguro por si pasara estas cosas por cada olivo de esos te tiene q dar mínimo 150 euros».

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