Un nuevo vídeo se ha hecho viral en redes sociales mostrando la indignación de un agricultor que ha visto cómo su campo de naranjas ha quedado arruinado tras una suelta de agua del embalse del Bembézar. El clip, publicado en TikTok por el usuario @mara58648, refleja el desahogo del afectado, que ironiza con la situación mientras arroja kilos de naranjas podridas al suelo.

El vídeo que indigna al mundo rural

En las imágenes, que acumulan ya cerca de 400.000 reproducciones, se ve al agricultor con centenares de kilos de naranjas podridas, afectadas presuntamente por una inundación causada por el aumento del nivel del pantano próximo a su explotación. Con un tono sarcástico y visiblemente molesto, lanza una dura crítica a la gestión de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

«Tengo que dar las gracias a la Confederación Hidrográfica del Sur. Gracias a que soltaron la presa del Bembézar, esto es lo que tenemos que hacer. Si quieren los señores de la Confederación zumito, se lo podemos llevar. ¡Hay mucho! ¡Cerca de 90.000 kilos que se han ido a la mierda! Gracias Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Gracias», expresa el agricultor mientras lanza las naranjas al suelo.

La escena finaliza con una última y amarga ironía: «Aquí tenéis zumo… ¡Tomad zumo!».

@mara58648

♬ sonido original – María

El embalse al límite y la suelta de agua

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) tomó la decisión de abrir el embalse del Bembézar el pasado 10 de marzo, justificando la medida por motivos de seguridad ante la previsión de nuevas lluvias. El pantano, situado en Hornachuelos, es uno de los principales de Sierra Morena y en ese momento era el que más agua acumulaba en toda la provincia.

A las 14:00 de esa jornada, los técnicos de la CHG activaron el sistema de desembalse, lo que provocó que el Bembézar liberara una media de 22 metros cúbicos por segundo, incrementando el caudal del río homónimo. Este curso de agua desemboca en el Guadalquivir, haciendo crecer su caudal primero a su paso por Palma del Río y posteriormente por otras localidades de la provincia de Sevilla.

En el momento de la suelta, el embalse estaba al 90% de su capacidad, pero la Confederación prefirió anticiparse a posibles situaciones críticas. A día de hoy, el pantano se encuentra al 99,09%, almacenando 325 hectómetros cúbicos de agua, con capacidad aún para tres más. La decisión buscaba evitar un desbordamiento mayor, pero ha tenido consecuencias indeseadas para algunos agricultores de la zona.

Agricultores, los grandes perjudicados

El agricultor indignado al haber perdido 90.000 kilos de naranjas. © TikTok

Lo que para la Confederación fue una medida preventiva, para algunos productores agrarios se ha traducido en pérdidas económicas devastadoras. Es el caso del protagonista del vídeo viral, quien ha visto cómo su cosecha de 90.000 kilos de naranjas se ha perdido por completo al inundarse su explotación.


Un agricultor llega a un campo de cultivo y encuentra miles de limones tirados por el suelo


Aunque la Confederación justificó la apertura del embalse en base a informes técnicos y previsiones meteorológicas, no todos los afectados consideran que se haya actuado de manera proporcionada. El vídeo ha desatado un aluvión de reacciones en redes sociales, donde cientos de usuarios se solidarizan con el agricultor y critican la gestión del agua por parte del organismo.

El eterno conflicto entre seguridad y producción

Este nuevo episodio vuelve a poner de relieve el delicado equilibrio entre la gestión hidráulica y la actividad agrícola. La Confederación Hidrográfica debe velar por la seguridad de infraestructuras y poblaciones ante situaciones meteorológicas adversas, pero también debe tener en cuenta el impacto que sus decisiones pueden tener sobre quienes viven del campo.

Los agricultores, por su parte, reclaman una mayor coordinación y previsión, así como canales de información que les permitan prepararse ante este tipo de actuaciones. El sector agrario insiste en que muchas veces se enteran de las sueltas de agua cuando ya es demasiado tarde para proteger sus cultivos.

Este tipo de conflictos no son nuevos, pero con la irrupción de las redes sociales se visibilizan más que nunca. El vídeo del agricultor lanzando las naranjas podridas al suelo se ha convertido en un símbolo de frustración rural, en un momento en el que el campo español exige más apoyo y comprensión desde las administraciones.

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