La falta de mano de obra joven en el campo español se ha convertido en una preocupación creciente. Con una población rural envejecida y un relevo generacional prácticamente inexistente, muchos agricultores alertan de un futuro incierto para la producción agrícola nacional. Entre ellos se encuentra Juan Francisco Rodríguez Chamorro, un agricultor extremeño que ha expresado públicamente su frustración ante esta situación.

En una entrevista en CGU Canal de Orellana, Chamorro habló sin rodeos sobre lo que considera una deriva preocupante. A su juicio, los jóvenes han perdido el interés por aprender un oficio y asumir la dureza de las labores agrícolas, sustituyendo el esfuerzo por la aspiración de vivir de las redes sociales o de ayudas públicas.

«La juventud no quiere trabajar»

Durante su intervención, el agricultor se mostró especialmente crítico con la actitud de las nuevas generaciones. «La juventud, con TikTok y esos rollos, piensa que va a vivir de las redes sociales como los youtubers. No quieren trabajar, no quieren ser profesionales de nada. Y no solo en el campo, en cualquier sector hace falta mano de obra», afirmó.

Sus palabras reflejan un sentir compartido entre muchos profesionales del sector primario, que observan cómo las explotaciones familiares quedan sin relevo y el peso del trabajo recae sobre personas cada vez más mayores. Según Chamorro, la falta de interés por el campo no solo se debe al esfuerzo físico, sino también a un sistema de ayudas que, en su opinión, premia la inactividad.

Las ayudas, en el centro del debate

El agricultor también criticó el papel de las prestaciones públicas en la desmotivación laboral. «El peor tema de todos son las ayudas. Nos encontramos con miles de personas metidas en el INEM y resulta que echan números: 500 euros de ayuda, 200 del gasoil, y no tener que trabajar ni les pican los mosquitos. Ganan 100 euros menos que yendo a trabajar. Esa es la triste realidad», denunció.

Chamorro considera que la diferencia económica entre trabajar y recibir subsidios es tan reducida que muchos optan por no incorporarse al mercado laboral. A ello se suma la falta de formación específica y la dificultad para encontrar trabajadores cualificados.

Un futuro incierto para el campo español

El agricultor concluyó su intervención con una advertencia pesimista sobre el porvenir del sector: «Cuando los mayores de 50 años se vayan retirando, aquí no habrá gente ni para echarte gasolina. Hay buenos trabajadores, pero la mayoría está colocada en los sitios grandes».

La preocupación por el relevo generacional en el campo no es nueva, pero declaraciones como las de Rodríguez Chamorro vuelven a poner sobre la mesa un problema estructural que amenaza la sostenibilidad de la agricultura española si no se toman medidas urgentes para atraer a la juventud rural.

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