La dureza del mundo rural va mucho más allá de las inclemencias meteorológicas o los vaivenes del mercado. La historia de este agricultor, que ha visto arrasado parte de su trabajo por la acción premeditada de otros, ha dado la vuelta a las redes sociales. Su caso ha encendido la indignación de miles de personas tras mostrar en vídeo el resultado del brutal ataque que ha sufrido su finca, en la que 60 olivos de 80 años han sido cortados por el tronco.
Una finca reconstruida tras años de abandono
La víctima del suceso ha explicado que esta finca se encontraba, hace menos de un año, en un estado de ruina total. Según sus palabras, se había invertido una gran cantidad de esfuerzo, tiempo y recursos para devolverla a su esplendor. «Es incalculable la de trabajo, abono y de todo que se ha gastado en esta finca», señaló el agricultor, visiblemente afectado por la situación.
Lo más doloroso del caso es que los daños no fueron provocados por una causa natural, sino por la acción deliberada de una o varias personas. El agricultor fue avisado por trabajadores de la finca de que se habían producido «daños muy grandes», pero no fue hasta llegar al terreno cuando comprendió la magnitud de la tragedia. Las imágenes lo dicen todo: decenas de olivos, meticulosamente cortados por el tronco, tirados sobre el suelo.
Una acción cobarde y premeditada
«Nosotros pensamos que no iba a ser para tanto», confesó el agricultor al llegar. «La sorpresa fue cuando llegamos y nos encontramos con esto», explicó en un vídeo en el que mostraba el desastre. La escena resulta desoladora: árboles centenarios talados sin piedad, símbolo de una agresión que va más allá de lo material.
«Esto es de ser un cobarde y de estar desequilibrado», denunció sin tapujos. Asegura que quien haya llevado a cabo esta acción no tenía prisa, y que todo apunta a que estuvieron allí durante horas, pese a que «tenemos una carretera ahí al lado», lo que hace pensar que se trató de un ataque frío y organizado.
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La indignación crece en redes sociales
Gracias al poder de difusión de las redes, el vídeo del agricultor ha corrido como la pólvora. Cientos de usuarios han mostrado su apoyo al afectado y han condenado con fuerza esta acción que ha destruido décadas de vida y dedicación. El caso pone en evidencia los muchos retos que aún afrontan quienes viven y trabajan en el campo, no solo por parte de la naturaleza, sino también por quienes, por razones inexplicables, deciden atentar contra el fruto del esfuerzo ajeno.
