Gracias a las redes sociales tenemos la oportunidad de conocer escenas y vivencias que experimentan otras personas y que, en un tiempo, nos podrían tocar a nosotros. Así lo vemos en el siguiente vídeo, por el que conocemos el peculiar robo del que un agricultor ha sido víctima y la sorpresa que se llevó al informar de ello a los agentes de la Guardia Civil.

Los hechos han tenido lugar en la localidad de Santa María del Águila, perteneciente al municipio de El Ejido y, por lo tanto, ubicada en la provincia de Almería. Tal y como cuentan con la publicación de TikTok, compartida en el perfil de fhalmeria, el agricultor era objeto de robo, «continuamente», en diferentes fincas.

Es por ello que decidió poner cámaras y, además, una célula GPS, siendo esta, según explican en el vídeo, «un pequeño rastreador GPS que lleva una pila que dura dos años, un poquito más grande que una moneda de 20 céntimos y que puedes situar en aquello que tú quieras proteger».

Control de sus vehículos en su teléfono móvil

«Este señor compró varias células y las distribuyó por sus vehículos», explican. También metió una en plástico para que no se deteriorara con la agresividad del sulfato potásico y la metió en un saco de este abono.


Un agricultor llega a su finca y encuentra 60 olivos talados y otras desagradables sorpresas sufridas en el campo


Una vez más, el agricultor fue víctima de otro robo. Esta vez la cosa iba a ser diferente porque se llevaron ese saco en el que había colocado el dispositivo GPS. Al llegar la Guardia Civil y preguntarle si tenía sospechas de alguien, el hombre no solo respondió a eso, sino que les facilitó la localización exacta en la que se encontraba.

@fhalmeria

Los agricultores se encuentran indefensos ante los robos del campo.

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Al recibir esta información, los agentes se trasladaron al lugar que el agricultor les había indicado. Una vez en la nave que marcaba el dispositivo de GPS, el dueño de la misma les solicitó la orden de registro judicial. La Guardia Civil no disponía de ella y su justificación es que esas «sospechas no eran suficiente como para pedir una orden judicial que se tramite para poder vigilar».