Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil han sorprendido a un hombre que presuntamente capturaba aves fringílidas en Almería, una práctica ilegal desde que se prohibió en 2018 el silvestrismo en España. El individuo, que se encontraba oculto en un chozo improvisado entre la espadaña, fue descubierto gracias a una patrulla rutinaria que detectó sus movimientos.

El momento de la intervención

En un vídeo difundido por el Instituto armado y recientemente compartido en TikTok, y que ya acumula más de 9000 ‘me gusta’, se puede ver el instante en que los agentes se aproximan al escondite. «Las manos donde las vea. ¿Está usted solo? ¿Por dónde ha entrado? ¿Por el lateral? ¿Cuántas capturas tiene?», pregunta uno de los agentes, mientras el hombre, visiblemente sorprendido, asegura que no ha realizado ninguna captura.

@paco.pepe.garrido

♬ sonido original – Paco Pepe Garrido Ayala

El vídeo de la intervención se ha viralizado rápidamente, con miles de usuarios comentando la labor del Seprona en la protección de la fauna silvestre. La secuencia ha generado un intenso debate sobre la necesidad de reforzar la vigilancia y las sanciones contra este tipo de prácticas.

A pesar de que el hombre alegó no haber capturado ningún ave, la simple tenencia de redes y reclamos de jilguero puede conllevar sanciones graves. Los agentes del Seprona levantaron acta y pusieron el caso en conocimiento de la autoridad judicial.

El silvestrismo en España y su prohibición

El silvestrismo es una práctica tradicional que consiste en la captura y adiestramiento de aves fringílidas, como jilgueros, pardillos y verderones, con el objetivo de disfrutar de su canto y poder presentarlas a concurso. Esta actividad tiene profundas raíces en la cultura española, transmitiéndose de generación en generación como una forma de conexión con la naturaleza y apreciación de la biodiversidad local. Históricamente, el silvestrismo ha sido una afición popular en diversas regiones de España, especialmente en áreas rurales, donde las comunidades valoraban el canto de estas aves como parte de su patrimonio cultural.

Sin embargo, la práctica del silvestrismo ha enfrentado crecientes restricciones legales debido a preocupaciones ambientales y normativas europeas. En 2009, la Directiva de Aves de la Unión Europea prohibió la captura intencionada de aves silvestres, permitiendo excepciones solo bajo condiciones estrictas. A pesar de ello, España continuó autorizando el silvestrismo en ciertas comunidades autónomas, lo que llevó a la Comisión Europea a emitir un dictamen motivado en 2018 instando al país a cesar estas capturas. Como resultado, la mayoría de las comunidades autónomas prohibieron la práctica ese mismo año, aunque algunas, como la Comunidad de Madrid, mantuvieron permisos puntuales hasta fechas más recientes.

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