David Fernández, conocido en Instagram como @batidasjabali, acudía un fin de semana más junto a su cuadrilla a su coto, el de Peñamellera Alta. Allí es donde lleva practicando la actividad cinegética desde niño y donde el destino le tenía preparado lo que él mismo denomina como el jabalí de su vida.

Hace varios años puso en marcha su cuenta de Instagram para compartir sus jornadas y aventuras cinegéticas, siempre poniendo en valor la tradicional caza del jabalí con perros de rastro en Asturias y defendiendo unos principios de ética y conservación que le han hecho ser un perfil muy seguido y respetado por los amantes de la caza del jabalí.

Un levante difícil y momentos de auténtico pavor

En esta ocasión David ocupaba uno de los puestos más elevados de toda la cacería, se encontraba en lo más alto de la Sierra del Cuera.

La mañana comenzó tranquila pero la calma duraría poco. En la zona más baja de la echada, los perros de Antonio Soberón -Tiliko, Trincao, Capi y Tyson-, pronto dieron con el encame del monstruoso jabalí. La tarea de levantarlo fue de todo menos sencilla: ni las insistentes ladras de los canes ni tampoco la voz de los monteros fueron suficientes para que semejante ejemplar echase a andar.

Llegaron a pensar que el animal tenía algún problema físico e incluso que pudiera estar herido, «fue entonces cuando se arrancó y trató de embestir a dos de nuestros monteros más jóvenes, Adrián y Oriol. Tuvieron que dar un salto y a uno de ellos por muy poco lo agarra», apunta el cazador.

Adrián y Oriol con el jabalí.

Por algo estos jabalíes llegan a viejos

Parece increíble que un animal de esa envergadura, que rondaba los 140 kilos, haya pasado por todos los puestos sin ser visto por ningún cazador. Esta astucia tan característica estuvo a punto de salvar a este gran verraco, pero para su desgracia David estaba cubriendo muy atento la canal por la que pretendía escapar.

«Creo que estos jabalíes no los matas tú, estos jabalíes se equivocan y tienen mala suerte ellos, no es mérito tuyo casi nunca», opinaba humildemente Fernández.

De casualidad y gracias a la buena vista del cazador fue capaz de localizar al animal a algo menos de medio kilómetro. No sabía, por aquel entonces, que se trataba del jabalí que había herido varios perros y puesto en alerta a toda la cacería. Rápido pero sigiloso se movió varios metros y se apostó detrás de una mata a esperarlo. Cuando vio que era él, no podía creérselo.

Los mejores minutos de su vida como cazador

Estuvo alrededor de cuatro minutos viéndolo subir, paso a paso, muy lentamente. Casi no podía caminar de lo que pesaba. «Iba escuchando su respiración, que resonaba en toda la canal, y lo dejé entrar a escasos 50 metros. Pensé que se espantaría de varias yeguas que había, pero fueron ellas las que cuando lo vieron salieron corriendo, dándome opción a jugar el lance. Esos cuatro minutos serán de lo mejor que he vivido yo en la caza», asevera Fernández.

Dos perfectos disparos en el codillo con el Tikka calibre .308 Winchester fueron suficientes para echar a tierra el espectacular jabalí.  La emoción de David en ese momento podemos imaginárnosla pues sería la misma que experimentaría cualquier cazador en su lugar. Él, con la calma y cercanía que le caracteriza, compartió el momento posterior al lance con sus seguidores a través de sus stories. Su mirada ya anunciaba que algo muy grande acababa de ocurrir.

El trofeo del jabalí.

Desde entonces David fue compartiendo vídeos del momento en que desencamó el jabalí, del enfrentamiento con los perros, imágenes de su pelaje y audios de la emisora que fueron creando gran expectación entre su audiencia. Ayer, cuando por fin subió las fotos con el verraco Instagram ardió y es que semejante ejemplar, así como su cazador, bien lo merecen.

David junto al jabalí abatido.

¡Enhorabuena, David!

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