La migración otoñal continúa avanzando con fuerza y deja cifras cada vez más significativas. Tras la gran jornada del día anterior, este 8 de octubre vuelve a consolidar el movimiento generalizado de las aves migratorias que se dirigen hacia el suroeste europeo, donde buscan refugio ante el descenso progresivo de las temperaturas en el norte.
Según fuentes de Jara y Sedal, se han contabilizado más de 72.000 palomas torcaces en desplazamiento a lo largo del continente. Los registros más elevados se concentran en Francia, donde más de 62.000 ejemplares han cruzado los Alpes desde Italia y países limítrofes, confirmando el avance de los grandes bandos hacia el sur.
Los zorzales comienzan a moverse con fuerza
La jornada también ha sido destacada para los zorzales alirrojos (Turdus iliacus), con un importante flujo procedente del norte de Europa. Se estima que alrededor de 20.000 individuos han partido desde Holanda, lo que marca un punto de inflexión para los zorzaleros que siguen su evolución cada otoño. En total, se han registrado más de 26.000 zorzales alirrojos en tránsito por el continente, mientras que los zorzales comunes (Turdus philomelos) comienzan a dejar sus áreas de cría en el centro de Europa, con más de 3.000 ejemplares ya en movimiento.
Estos primeros pasos confirman que la migración de los zorzales entra en una fase activa, después de un septiembre inusualmente cálido que había frenado su avance. El cambio de tiempo previsto para los próximos días podría acelerar de manera notable su llegada a la península.
Primeros movimientos de becadas en el norte de Europa
También se han registrado señales tempranas de becadas (Scolopax rusticola). Los equipos de anillamiento en Polonia y Estonia han confirmado el marcaje de unas 40 aves, lo que indica el inicio de su desplazamiento hacia el oeste y suroeste del continente. Algunos ejemplares han sido observados ya en la costa vasca y el Pirineo francés, lo que sugiere que las primeras avanzadillas podrían alcanzar territorio español en breve.
La migración general mantiene una tendencia ascendente. A medida que el frío se intensifique en el norte de Europa, se espera que los flujos de palomas, zorzales y becadas aumenten de forma considerable. El otoño entra en su fase clave y los cielos europeos se llenan de alas, anunciando la llegada inminente de las grandes bandadas a la Península Ibérica.
