Ricardo Ramos es, además de campeón de España de caza menor con perro, todo un experto en la caza de la codorniz. Este burgalés de 34 años tiene el privilegio de vivir en una de las pocas zonas donde la africana aún hoy encuentra su hábitat ideal para pasar los meses de verano. Y es que año tras año la comarca de Odra-Pisuerga (Burgos) da cobijo a una importante población de codornices, y este joven campeón, en su coto de Fuenteodra, disfruta de una media veda que, sin duda, a más de uno le pone los dientes largos.

Pero para tener éxito en esta modalidad no es suficiente con una buena densidad de africanas; también es necesario realizar una buena preparación tanto nuestra como de los perros, y esto se hace más evidente en septiembre, cuando las codornices ya han tenido que bregar con nuestros compañeros de cuatro patas y su caza se convierte en todo un reto para expertos. Ricardo nos da una serie de consejos para tratar de ganarles la partida en septiembre.

Caza más despacio y en silencio

Cuando la media veda ya se adentra en el mes de septiembre las codornices son mucho más expertas y su comportamiento cambia respecto a los primeros días. Ahora sacan todo su repertorio de estrategias para burlar a cazador y perro. A estas alturas de la temporada utilizan dos formas para escapar al acoso. Una opción es que aguanten y apeonen escondiéndose en lo más enmarañado de la hierba. «Hay que dar tiempo a los perros. Cuando tocan un caliente, sacarlas les puede llevar unos cinco minutos. Ya son veteranas, y posiblemente ya se hayan visto envueltas en algún lance. Por eso apeonan sin parar, para burlarles. Hay que pararse y dar tiempo a nuestros compañeros». También puede suceder lo contrario. «Puede que en estas fechas al más mínimo ruido se levanten intentando salir del alcance de los disparos. Cuando actúan así recuerdan más a una perdiz, y nos obligan a hacer tiros de cierta distancia. Además, ya no es ese vuelo más o menos tranquilo y recto: más de uno que se confía se queda con dos palmos de narices cuando esas codornices que los primeros días era fácil hacerse con ellas ahora te descargan la escopeta y te dejan mirando cómo se alejan».

Dar tiempo a los perros en estas fechas, una de las claves.

¿Viste pollos a principios de temporada?

Los primeros días de la media veda es frecuente levantar polladas de volantones de pocos días de vida. Ricardo lo tiene claro: hay que respetarlos y alejarse de la zona. Todavía no suponen el reto que todo buen cazador quiere afrontar. Llegado ya septiembre, aquellos pollos de pocos días ahora ya se han convertido en codornices fuertes tanto para apeonar como para sorprendernos con un vuelo rápido. Nuestro campeón tiene muy presente dónde le salieron pollos jóvenes los primeros días de la temporada o dónde alguna codorniz volaba despacio y se posaba cerca intentando llevarnos tras ella. Esa forma de actuar indica, sin duda, que los pollos están cerca. «En septiembre me gusta revisar todas las zonas en las que salieron pollos o donde la codorniz salió haciendo cosas raras que me hicieron pensar que podía tener prole, a la que, por supuesto, nunca tiro. Aquellos pollos de mediados de agosto ahora ya son ejemplares adultos y seguro que estarán por la zona y nos pueden hacer disfrutar de una buena mañana».

Dosifica a tus compañeros

En las grandes zonas codorniceras, como en las que caza Ricardo, la densidad puede exigir un gran esfuerzo a los perros. También hemos de tener en cuenta que a medida que avanza la temporada nos acercamos al final del verano, cuando el calor ya no es tan sofocante como en agosto, permitiéndonos alargar nuestras jornadas. Así, si sólo disponemos de un compañero de cuatro patas podría llegar a acusar el esfuerzo. «Me gusta tener entre tres y cinco perros, así puedo dar descanso a todos. Además, si junto a los más veteranos con los jóvenes los primeros les irán enseñando. Es una manera de tener siempre unos perros que cacen a gran nivel».

¿Dónde las busco este mes?

«En septiembre investigo otros sitios. Los primeros días de la temporada la codorniz busca zonas de vegas, arroyos y veredas, más frescas y con más protección. Sin embargo, en septiembre cambian un poco su comportamiento. La migración se acerca, y ahora quieren alimentarse bien y ganar peso para afrontar el viaje. En estas fechas las encuentras sobre todo en los páramos o incluso en la mitad de las tierras, buscando el trigo que ha dejado la cosechadora, dejando un poco de lado la protección a cambio de encontrar comida». Además, aunque confiesa desconocer el motivo, en estas fechas la codorniz –al menos donde él caza– se mueve a zonas de laderas altas buscando zonas aireadas. Es ahora cuando el campeón de España se aleja de sus zonas habituales de caza, para probar suerte en las citadas partes del coto.

Hay que fijarse en qué cazamos

A pesar de su juventud, la posibilidad de cazar en estas zonas y el hecho de trabajar en el campo le ha permitido aprender a interpretarlo y convertirse en un experto cazador. «Cuando cazas una codorniz lo primero que debes hacer es fijarte en si es joven o adulta. En septiembre, si bajas una de estas últimas tienes que volver con la escopeta a la zona donde la abatiste», recomienda. Como ha contado antes, su coto es una zona de bastante movimiento de africanas, y si son adultas pueden ser ‘movidas’, pero no una pollada que se ha criado allí. «Puedes dar con tierras en las que un día abates cinco codornices y cuando vuelves el siguiente día salen otras cinco o seis. ¿Y estas de dónde han salido?, te preguntas. Y vuelves días después… ¡y siguen saliendo más!».

Ricardo Ramos tras una jornada de caza de codornices.

La preparación de los perros, una de las claves

Este joven campeón posee un equipo de perros de un nivel envidiable que le ayudaron a subir a lo más alto del cajón en el Campeonato de España de Caza Menor con Perro de 2019. No es fruto de la casualidad. Ricardo no deja al azar el más mínimo detalle en cuanto a la preparación de sus compañeros de cuatro patas, a los que mantiene siempre en el mejor estado de forma posible, pero intensifica su preparación cuando se acerca la media veda. «Si tu perro no está físicamente bien, el primer día a media mañana ya irá detrás de ti. Además, si no está campeado se le pueden aspear las patas, y eso puede significar para él el fin de la media veda. Yo, cuando se acerca la temporada, los cambio de perreras. Los saco de las habituales de suelo de cemento a otras con el suelo de tierra, prestando especial atención a la alimentación para que no estén pasados de peso».

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