La perdiz roja es una especie esquiva que evita el encontronazo con el ser humano, ya sea volando o escondiéndose en el suelo. Los cazadores se las ven y se las desean para dar con ellas en sus cotos de caza. Sin embargo, cuando llega el periodo de reproducción, el deseo de engendrar una familia del macho hace que esta ave baje la guardia y se olvide hasta de sus depredadores.

En él, varios cazadores quedan boquiabiertos porque los dos animales se encuentran muy cerca de ellos y no solo eso… sino ¡a escasos metros de un campo de tiro! Con los disparos de fondo y las personas a pocos metros de las patirrojas, los cazadores graban la increíble escena.

«¡Que estamos aquí! ¡Que estamos a metro y medio! ¿Nos apartamos? ¡Mira dónde están! ¿A que se sube a la moto?», exclama a plena voz uno de los cazadores, que graba estupefacto la escena.

Aunque pueda parecer extraño, este tipo de situaciones son habituales con la llegada del celo de la perdiz, una de las épocas más propicias para observar en el campo el comportamiento de este bello animal.

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Cómo conseguir un buen pájaro para cazar la perdiz con reclamo

Perdiz roja cantando. ©JyS
Perdiz roja cantando. © JyS

El perdigón. Batallante innato. Preso por nuestro afán de caza. Cautivo entre barrotes y sumiso a nuestra merced. El perdigonero. Romántico por naturaleza. Fiel a su inseparable aliado y cautivo de su afición hasta extremos insospechados. ¿Quién es el preso en este juego de amores? Te lo contamos.