El joven cazador cacereño Francisco R., de 23 años de edad, abatió el 17 de noviembre del pasado año un monumental jabalí que tenía la particularidad de tener tres amoladeras y un colmillo partido. El protagonista ha narrado a Jara y Sedal todos los detalles de una jornada cinegética en la que salieron de caza en un coto social cercano a la localidad de Santibáñez el Alto en el que este ‘monstruo’ les sorprendió.
«Fue un día de mucha lluvia y solo salimos tres compañeros con pocos perros», comienza relatando el joven «Estábamos bajo un roble refugiándonos cuando uno de mis perros levantó la cabeza y fue directo a un zarzal que había al lado de una cerca con vacas». Los jóvenes ya habían tenido la oportunidad de ver los rastros del verraco y suponían que estaría en aquella zona.
Entonces, el can empezó a ladrar «de parado». No ladró más de cuatro veces «cuando salió el tremendo guarro», relata el joven. Francisco explica que, cuando irrumpió la carrera, el macareno se vino de frente, pero no pudo disparar en primera instancia porque sus perros estaban muy cerca.
Cuando enderezó la huida, y ya sin peligro de alcanzar a los perros, pudo apretar el gatillo y, aunque le alcanzó con un cartucho de bala, el animal consiguió andar unos 200 metros. La alegría del momento en el que lo encontraron emocionó tanto al joven Francisco como a su padre, que le acompañaba en aquella jornada cinegética. Acababan de abatir un viejo jabalí con un «regalo» en su trofeo: portaba una amoladera de más en su lado derecho y además tenía un colmillo partido. Se trataba sin lugar a dudas de un trofeo muy particular cuyo lance recordarán por mucho tiempo.
Dos hermanos cazan un jabalí de 120 kilos con esta sorpresa en su trofeo
Los hermanos Bernabé y Víctor Gutiérrez Negrete cazaron un jabalí con los colmillos detrás de las amoladeras. Fue en una batida llevada a cabo en la zona norte de Cantabria, muy cerca ya del País Vasco. Te lo contamos aquí.
