Hace poco más de un año, en una de las mayores crisis sanitarias y económicas que hemos conocido en España, el Gobierno hacía pública una subvención de más de medio millón de euros para que los ecologistas investigasen cómo prevenir los daños de conejos a la agricultura. La razón, según WWF España, era que autorizar la caza de esta especie «provoca cierta polémica» y «se desconoce su eficacia real y la rentabilidad de su aplicación, así como el posible efecto que tiene sobre el medio ambiente y el propio conejo».
Con un pan bajo el brazo de medio millón de euros nacía el proyecto PreveCo, liderado por la propia organización ecologista con el objetivo de ‘investigar’ cuáles son los métodos más adecuados para la prevención de daños de esta especie. Ayer se conocieron los resultados de este costoso estudio. Y una de sus conclusiones es que el huroneo, una de las modalidades de caza más ancestrales que se practica en nuestros campos, es efectivo para controlar conejos.
Medio millón de euros para concluir que las medidas tradicionales eran efectivas
En la nota de prensa de WWF España sorprende la siguiente afirmación: «Las medidas tradicionalmente aplicadas, como el huroneo o la instalación de vallados, son efectivas», lo que no hace más que corroborar que los métodos tradicionales llevados a cabo durante años por cazadores y agricultores funcionan. El uso de hurones, concretamente, se remonta a la cultura egipcia, y hay documentos que acreditan que el emperador romano César Augusto envió hurones a las Islas Baleares durante el año 6 a.C. para combatir las plagas de conejos que azotaban las islas.
«Tras más de un año de trabajo, los resultados confirman que, de las 16 medidas ejecutadas sobre el terreno, la mayoría han demostrado una alta eficacia –superior al 70%–, como vallados perimetrales (81,3%), ahuyentadores (75,3%) y vallados con pastor eléctrico (73,7%) y huroneo», afirma WWF en nota de prensa. Argumentan además que cuentan con «alguna más aún en fase de estudio, como el uso de productos ecológicos que inhiben la atracción del conejo a los cultivos (95,8%)». Por otro lado, añaden que «otras medidas han demostrado una alta eficacia –de entre el 40 y el 70%– como por ejemplo los fosos perimetrales (49,5%) o la transformación de cultivos (42,9%)».
«Por su parte, medidas más novedosas, como la implantación de ahuyentadores de ultrasonidos y sonidos o la aplicación de un producto ecológico que actúa como inhibidor, igualan o superan la efectividad de las anteriores en cuanto a la reducción de daños», añaden, si bien estas medidas reconocen en el apartado anterior que se encuentran «en fase de estudio».
La caza también es prevención
El proyecto, denominado como «pionero» por sus autores, «ha puesto sobre la mesa la necesidad e idoneidad de abordar el problema de los daños priorizando su prevención y teniendo en cuenta todas las medidas posibles y demostrando que la manera más eficaz es una combinación de medidas preventivas», algo que, según PreveCo, hasta ahora no se estaba realizando. Sin embargo, lo cierto es que la inmensa mayoría de cotos de caza con daños de España solicitan permisos de caza con hurón, de captura con capillo para realizar translocaciones o de descaste en los meses de primavera y verano.
Declaran al conejo especie en peligro… mientras reconocen que sus daños van a más
WWF ha trabajado durante años para que el conejo sea incluido como especie «en peligro» en la lista de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y así tener más acceso a líneas de subvenciones públicas. Hace unos meses consiguió su objetivo. Sin embargo, en la citada nota de prensa reconoce que PreveCo nacía hace un año porque el impacto del conejo sobre la agricultura «se había extendido a una parte importante de la Península Ibérica, afectando gravemente y de forma generalizada a diversas comunidades autónomas, como Castilla-La Mancha, Extremadura, Castilla y León, Aragón, Andalucía, Navarra, Madrid, Cataluña, Valencia y La Rioja».