Hace menos de un mes que tuvieron que amputarle la extremidad a este cazador y ya salió este domingo a una montería en Sevilleja de la Jara: «La alegría de ver a un montón de compañeros y amigos me ha llenado interiormente».
18/2/2019 | Redacción JyS

Javier Díaz en el puesto durante la montería. / J.D.

Se llama Javier Díaz, es de la localidad madrileña de Navalcarnero, tiene como pasión el mundo de la caza y hace aproximadamente un mes un problema en la arteria femoral le cambió la vida: tuvieron que amputarle una pierna el pasado 29 de enero.
Tras la operación llevada a cabo en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, en Móstoles, ha tenido la caza como terapia para afrontar el día a día tras el grave problema que ha sufrido. Su encomiable testimonio es todo un ejemplo a seguir tras este durísimo palo.
Le tuvieron que amputar la pierna por un problema en la femoral, y tenía desde el primer día en la cabeza la caza como meta psicológica para superar, al menos en su mente, el problema que le había llegado de golpe. El propio Javier Díaz ha narrado a Jara y Sedal que en la pierna se le formó un trombo y no hubo solución. «Me llevaron al hospital, intentaron hacer un baipás para recuperar la pierna y el día 29 decidieron amputar», relata.
En este sentido, para él «fue un palo muy duro. Siempre me ha gustado el monte, la caza menor y la mayor, y sólo con pensar que no iba a poder ir tras las perdices era muy duro. Pero me dije a mí mismo que si no puedo ir detrás de las perdices tendré que cazarlas en un puesto y disfrutando de otra forma».

La caza como meta psicológica

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Su hijo, también de nombre Javier Díaz, en el puesto en Sevilleja de la Jara. / J.D.

La caza le ha servido como meta psicológica y asistir a esta montería, que la daba un amigo suyo, le ha llenado de moral aunque él no haya podido disparar. «El día 19 de enero estuve con él cebando la mancha para que estuviera bien y tenía ganas de ir al gran día. Me perdí tres monterías antes, pero le dije al médico de la UCI que el día 16 sí que ya iba de montería. Me dijo que no se lo creía… y al final fui». Ha dado las gracias a su hijo que le pudo acompañar: «La alegría de ver a un montón de compañeros, de amigos, de recibir felicitaciones… eso me ha llenado interiormente», ha explicado.
La montería en Sevilleja de la Jara «se dio genial. No pude tirar, porque al organizador le pedí un sitio donde llegara un turismo, para poder estirar la zona intervenida, ya que me dolía porque es una operación reciente y por ello quería estar más cómodo. Al final me quedé en el coche», señala. Su hijo –también de nombre Javier Díaz-, que estaba en el puesto, no llegó a tirar, «un jabalí le pasó como una moto y no pudo», relata a este medio.

«Si no puedo subir a un risco, me quedaré en una mancha, pero seguiré adelante con esta pasión»

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Javier Díaz uno de los jabalíes abatidos durante la montería. / J.D.

Para ir recuperándose poco a poco. Lo primero que ha hecho ha sido perder el peso que ha cogido durante estos días de recuperación: «Intento comer sano y coger fuerza en rehabilitación para mantenerme y seguir haciendo mi vida normal. En cuanto pueda me apuntaré a ojeos de suelta de perdices. Si no puedo subir a un risco para cazar, me quedaré en una mancha y así lo haré», explica.
Además, ha hecho un llamamiento a los cazadores que se encuentren en su situación: «Que en ningún momento se queden en casa, que salgan al monte porque es la mejor forma de llenarse de moral. La mente es muy fuerte, puede con todo, y si tenéis algo que os gusta, conseguid volver a hacerlo. Poned para ello todos vuestros medios y os sentiréis felices porque no os acodaréis de los dolores en ese momento», concluye Díaz.

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