El joven cazador turolense R.P.C., de 23 años de edad, abatió el pasado domingo 7 de junio un extraordinario corzo con dos largas cuernas de 30 y 28,5 centímetros respectivamente en un coto social de Aragón. El protagonista, que gestiona la cuenta de Instagram @Mudejarhunting, ha narrado a Jara y Sedal todos los detalles de un lance único.

Un primer intento fallido

El día anterior, el sábado 6, el cazador llegó junto a su hermano al coto social a las seis y cuarto de la mañana. «Era un corzo que teníamos controlado pero que nunca habíamos podido disparar. Habíamos ido varios días pero no lo veíamos, aunque estábamos seguros que estaba en esa zona», asegura el cazador.

Ese mismo sábado, los dos hermanos vieron al animal a unos 200 metros de distancia, pero les cogió el aire y salió huyendo. «No tuvimos opción de disparar», explica el cazador, y tras ir de nuevo por la tarde y no verlo, decidieron esperar al domingo por la mañana para acudir de nuevo en busca de la suerte.

El domingo, a la misma hora, fueron en su busca

«El domingo, a la misma hora, fuimos a los mismos bancales y no lo encontrábamos. Eran las siete de la mañana ya… y estábamos desesperados. Hacía una mañana de lluvia y, cuando la siembra está mojada, a los corzos no les gusta salir. Decidimos esperarlo en unos yermos que había al lado del bancal y, a las 7:30 horas aproximadamente, por fin salió», relata el cazador.

«Iba con una hembra joven y comenzó a taparse mientras comía», sigue detallando. «Lo miré con los prismáticos y vi era él», asegura sobre el cérvido. El cazador no se lo pensó dos veces, disparó y… el animal salió huyendo: «Creía que lo había fallado», asegura antes de ir a intentar cobrarlo. «Tras un rato de búsqueda, vimos un rastro de sangre, pero no dimos con él, así que mi hermano llamó a un amigo que vino con un sabueso de Baviera y lo intentamos buscar. La faena la hizo muy bien el perro, pero al llegar al monte, el can se despistaba porque había muchos rastros de animales», asegura sobre el pisteo fallido de aquel día.

Finalmente dieron con el animal

El lunes, muy de mañana, uno de los hermanos acudió a la búsqueda de este animal junto a cuatro de sus perros: «Si estaba muerto, lo iban a encontrar», asegura. «Los solté en el barranco donde solía estar el corzo y lograron dar con él. Vi con el GPS que estaban a unos 400 metros de la zona donde lo buscamos el día anterior», detalla por último.

Cuando el joven cobró por fin el animal pudo comprobar el gran trofeo que portaba con una longitud de 30 centímetros en una de las cuernas y, en la otra, 28,5. «Era todo un espectáculo», confiesa. 

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