El cazador aragonés Miguel Deza, natural de la localidad zaragozana de Paniza, ha batido en el amanecer de este sábado 6 de junio un espectacular corzo de tres cuernas, siete puntas y con un raro bulto de grasa en el cuello. Lo ha hecho justo una semana después de que su padre, también de nombre Miguel Deza, narrase en Jara y Sedal el lance de otro corzo con 11 puntas.

Deza hijo ha narrado a este medio todos los detalles del lance a este espectacular animal: «Era viejísimo», comienza explicando mientras mira el trofeo del animal y sus tres cuernas. «Algunas son pequeñas, pero tiene siete puntas en total», explica –en una de las cuernas le salen tres pequeñas puntitas-.

Miguel madrugó este sábado para estar listo al amanecer y ver si hoy la suerte estaba de su parte. Al principio parecía que no, pero finalmente le acompañó. «No comenzó bien la mañana. Fui viendo hembras y algún macho pequeño, pero nada reseñable. Ya me iba y, cuando llegué al coche, vi a lo lejos a este espectacular ejemplar», asegura. Comenzaba un lance que no se le olvidará jamás.

Así fue el lance con el corzo

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Más imágenes del corzo. / M.D.

Poco a poco se fue acercando hasta llegar a unos cien metros de donde se encontraba el corzo: «Al principio tenía muchos nervios y prisa, porque no sabía cuánto podría aguantarme ahí parado el animal, pero pensé que era mejor calmarse e ir poco a poco haciéndole la entrada».

Y lo hizo a la perfección este cazador aragonés: «Cuando estaba a cien metros del animal, pensé que era el momento óptimo para disparar, y todo salió perfecto», asegura sobre el instante en el que lo abatió de un disparo en el codillo con su rifle Winchester SXR calibre .300 rifle. Afirma que es un arma «muy barata pero que no la dejo por nada del mundo», además de munición Geco de 165 grains y de punta de plástico.

Al llegar al corzo, pudo ver el ejemplar. «Era un raro pero bonito animal, además de muy viejo», dice orgulloso de haber contribuido al carisma gestor del ecosistema de cualquier cazador que abate un animal ya entrado en edad. Además, tenía otra sorpresa: «En el cuello tenía un bulto que parecía de grasa. Al abrirlo, salió una sustancia verdosa que olía fatal», asegura.

El bestial corzo de 11 puntas casi 200 puntos que cazó su padre

Miguel Deza padre, de 76 años, es uno de los pocos cazadores que han tenido la oportunidad de abatir un corzo de 11 puntas. Aunque el lance tuvo lugar el año pasado, ha sido ahora cuando se ha animado a sacarlo a la luz a través de Jara y Sedal. Esta es su historia.