No son muchos los cazadores que tienen la fortuna de vivir en primera persona una tirada de patos salvajes pero quien lo prueba por primera vez queda enganchado de por vida.
No sabemos bien el motivo pero es una modalidad de caza que enamora a primera vista: puede que sea por el marco incomparable donde suele desarrollarse, por los tiros increíbles que se producen en estas cacerías o por lo intimidatorio del rival.
Los patos son auténticos héroes. Recorren miles de kilómetros en pleno invierno, buscando temperaturas más plácidas y huyendo de los gélidos climas europeos. Su tremendo plumaje actúa como chaleco antibalas y es tremendamente difícil descolgar a uno de estos titanes del viento.
Si te gusta la caza de acuáticas y quieres sentir en primera persona lo que es una tirada de patos de las buenas, analiza el siguiente vídeo con calma. Es de esos capaces de subirte la tensión sin darte apenas cuenta.
¡Qué lo disfrutes!
Aprovecha las charcas de tu coto para cazar patos en invierno
1. Elige bien la posición de los cimbeles
La caza de patos en una charca o embalse pequeño tiene más ciencia de la que en un primer momento pudiera parecer. Se trata de engañar al pato, tarea que se puede conseguir mediante cimbeles, ya sean fijos o móviles, combinado con reclamos sonoros. Ten en cuenta una cosa: no por poner más señuelos bajarán más azulones.
La escena tiene que resultar lo más realista posible. Combina ocho o diez siluetas en la zona cercana a los puestos y clava alguno que simule un pato aterrizando, de esos que mueven las alas con el viento. Si lo haces bien tendrás muchas posibilidades de que las aves acudan a tus zonas de tiro.
2. Controla la entrada de los patos
Son aves tremendamente querenciosas que tienen planificadas unas rutas por las que salir y entrar del agua y de sus zonas de alimento. Es fundamental que pierdas dos o tres amaneceres en localizar esas autopistas aéreas para colocar las posturas en función de las mismas.
En este tipo de charcas de pequeño y mediano tamaño suelen darse mejor las tiradas por la mañana: los patos han estado toda la noche en los trigos o maizales y regresarán con las primeras luces a las zonas de agua. Este será el momento idóneo para comenzar la cacería.
3. Acierta en la colocación de los puestos
Como hemos dicho, su ubicación dependerá en gran medida del lugar de entrada de los bandos; el número de cazadores, exclusivamente del tamaño de la charca, pues tienen que ser los justos para no molestarse entre sí a la hora de disparar y al mismo tiempo tapar todos los posibles huecos de huida. En este tipo de humedales pueden entrar desde patos sueltos o parejas hasta bandos de dimensiones considerables, por lo que debemos evitar tirar al paso: si lo hacemos podemos alertar a los que están por llegar, fastidiando así la tirada.
Lo mejor es dejar que se vaya llenando la balsa, pues cada pato que se eche actuará como cimbel natural, llamando a más congéneres. Una vez esté cargada, cualquier ruido los espantará y hará que sobrevuelen las posturas a distancia de tiro. Será el momento de apretar el gatillo. Además, así aumentan las posibilidades de que disparen todos los puestos.