Al buscar información acerca del origen del braco de Weimar o weimaraner, lo primero que encontraremos será una polémica existente y una gran confusión sobre el tema. En parte, esto se debe al exceso de celo con el que fueron guardados sus secretos por la realeza alemana y las clases sociales más altas, siendo, a finales del siglo XX desconocida aún para el pueblo alemán.

Existen diversas teorías sobre el asunto. Entre ellas encontramos algunas que apuntan que pueden proceder del cruce entre pointer blanco y perro de rastreo, tipo San Huberto y bloodhounds. Sin embargo, la más aceptable dice que el weimaraner proviene del perro de San Huberto y de cruce entre braco alemán, pointer y danés azul.

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El origen y la historia del braco de Weimar

Si hablamos de los primeros weimaraner de pura raza conocidos, estos datan de finales del siglo XVIII en Weimar, Alemania, y eran propiedad del gran duque Karl August, ávido aficionado a la caza mayor, que, tras su primer encuentro con estos canes de extraño pelaje, seguramente procedentes de la Corte de Luis IX, mientras cazaba en la finca del príncipe Averspeg de Bohemia, quedó gratamente sorprendido y decidió desarrollar la raza para su propio disfrute, estableciendo una estricta selección y control sobre sus perros de cría y cachorros.

Tal actitud fue imitada por el resto de la nobleza, de tal forma que el weimaraner fue una raza prácticamente inaccesible; se creía que el cazador medio no tenía categoría para apreciar las superiores habilidades de la raza.

En cuanto a la historia del weimaraner, como también se le conoce, es realmente intensa. Refiriéndonos a datos puntuales, y para abreviar un poco, diremos que el primer Club de este perro de color gris ratón, el alemán, se forma en el año 1887.

Es en ese instante en el que la caza mayor disminuye, durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando el weimar pasó a ser un cazador de menor, un perro de muestra. Los clubes alemán y austriaco redactaron, en el año 1935, el primer estándar oficial y a partir de ahí nacen criadores consagrados como los afijos Wulssriede o Vom Zenthof (hoy día todavía presentes en grandes líneas de sangre). La siguiente llegada del weimaraner a Estados Unidos sucede en 1928, y en las décadas posteriores a 1960 entran en el Reino Unido.

Hay varios especialistas que observaron la existencia del braco de Weimar con anterioridad a la segunda mitad del siglo XVIII, a través de esculturas, pinturas, grabados e incluso ciertas leyendas (aspecto más enigmático de la raza), como su relación con Diana, diosa cazadora para los romanos, a la que se ha retratado en la práctica cinegética junto a sus míticos perros plateados que parecen coincidir bastante con la descripción del weimaraner.

En este sentido, es posible ver distintas estatuas de perros con un enorme parecido a nuestra raza en la entrada al castillo de Chantilly y en la fuente de Diana en el castillo de Fountainebleau, en Francia, siendo ambas las de más antigüedad (cuyo origen se remonta a 1650), además de los moldes en los archivos de Val d´Osne. Aquí, en España, podemos verlas en la plaza de Santa Ana de Madrid y en Canarias; en Brasil en una de las plantaciones de café mas antiguas, en Fazenda Secretario, en Vassouras y también hay conocimiento de alguna más de estas esculturas en Chile y Argentina.

Es importante destacar, por lo tanto, que el braco de weimar es una de las razas de perros de muestra alemanes más antiguas, criada con pureza desde hace más de un centenar de años.

Su origen en España

La Real Sociedad Canina de España validó a la raza weimaraner en 2015, en el Grupo 7 de Perros de muestra. Al atender a los pedigríes que hoy día circulan por nuestro país nos daremos cuenta enseguida de la influencia que ha tenido la cría en otros países como, evidentemente, Alemania y EEUU a la cabeza de la lista, países en los que la raza tubo un gran auge, Francia con un importante número de importaciones y la también destacable influencia de la crianza realizada en Holanda, Argentina y Portugal.

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Fueron estos países los que se presentaron como la cuna de nuestros perros, siendo Alemania el mercado más completo en cuanto a su sistema de selección, seguida de cerca por EEUU, Francia, Suecia y Bélgica.

Las características físicas del braco de Weimar

Podemos describir al weimaraner como un perro bello, esbelto y de talla mediana a grande. La variedad de esta raza que más se conoce es la de pelo corto, pero también existen bracos de Weimar de pelo largo. Asimismo, es fuerte, musculoso y atlético.

Su cuerpo tiene una longitud ligeramente superior a la altura a la cruz y su espalda es relativamente larga y la grupa un poco inclinada. Su pecho es profundo, llegando casi a la altura de los codos, pero no es muy ancho y la línea inferior asciende ligeramente a la altura del vientre.

Leonardo da Vinci afirmó que «la anatomía es la primera estructura del arte»; y es que entender los componentes del cuerpo es mejorar su habilidad (función). Es por esto que se deben buscar ejemplares bien formados para evitar movimientos torpes y no atléticos y falta de resistencia o energía.

La mayoría de los problemas que dificultan el desempeño de su trabajo en la caza suelen apreciarse en animales mal formados. Gracias al estándar morfológico tenemos a nuestra disposición mucha información, desde el carácter y tipicidad, hasta las faltas y taras no permitidas en la raza.

Braco de Weimar./ Archivo JyS
Braco de Weimar. © Archivo JyS

Su cuerpo

Es un perro de caza de talla mediana a grande, adaptable al trabajo, de formas bellas, nervudo con una fuerte musculatura. Tanto el macho como la hembra presentan características sexuales claras. Hay una relación de 12 a 11 entre longitud del dorso y altura de la cruz y la longitud desde la punta de la nariz hasta la depresión fronto-nasal es mayor que desde dicho punto hasta la protuberancia occipital.

Su pelo y color

Esta raza puede tener pelo corto o pelo largo y su color no es solo el popular plata que tanto llena la vista, en realidad son tres las tonalidades de color gris que puede tener, cervato (beige claro), ratón (gris oscuro) y plata (gris claro). También están admitidas en la raza las manchas blancas de poca magnitud, en el pecho y en los dedos.

Sus ojos

El braco de Weimar posee la particularidad de que sus ojos deben cambiar de color pasado el cambio de dientes siendo el tránsito de un azul cielo a un tono ámbar más o menos claro.

El carácter del braco de Weimar

Es posible que expongamos aspectos que encontraremos en cualquier descripción de la raza o podemos describir, con pocas palabras, la esencia más pura del weimaraner. Quienes tienen la oportunidad de disfrutarla nos hablarán de su desbordante apego y devoción, siempre atento a nuestros deseos, la energía incansable que pueden llegar a tener, su rebeldía y testarudez compensada por un fácil adiestramiento; un animal que se muestra noble compañero para toda la familia, a la vez que protector de ésta y de todas sus propiedades.

El entrenamiento del braco de Weimar

Es muy indignante ver cómo en cualquier lugar encontramos el estándar de morfología pero no tenemos tanta facilidad para encontrar el estándar de trabajo, de suma importancia y que, traducido del alemán, nos dice lo siguiente: «El estilo del braco de Weimar es toda una forma de cazar. Un conjunto armonioso que alía la seriedad con la eficacia. El contacto con el conductor es permanente».

Su inteligencia

Igualmente, no suele hablarse de la inteligencia del braco de Weimar, que lógicamente es determinante para su entrenamiento. La raza ocupa el primer puesto en la lista de inteligencia de los perros, elaborada por la Universidad de Budapest para desvelar los peros que tienen la capacidad de aprender más rápido.

Su galope

En cuanto a la andadura del weimaraner, el galope puede ser entrecortado, por momentos al trote si este es suficientemente enérgico para no apagar la impresión general. Respecto a un perro enérgico, este regulará su andadura en función del terreno y de las emanaciones que le llegan, pero debe siempre causar la impresión de una búsqueda activa.

Su cabeza

El porte de cabeza de estos perros, muy ligeramente bajo la línea del dorso, tiende a bajar más cuando las emanaciones le indican la proximidad de la caza. Los lejanos orígenes de la raza le conducen a seguir la pista de la caza mayor, por lo que algunos controles en el suelo son posibles y están admitidos.

Su búsqueda

Lo que destaca de la búsqueda de este perro de muestra es que es metódica, a un alcance de escopeta delante del conductor, extendiéndose de un lado a otro del mismo unos 80 metros. El braco de Weimar se adapta al terreno y a todas las circunstancias, haciendo mucho ejercicio. Tiene una avidez por buscar y encontrar que es la que dicta su andadura en general y, por supuesto, su comportamiento. Estos perros debe ser eficaces y con estilo para la caza.

Su muestra

Refiriéndonos a la muestra del braco de Weimar, es una característica de la raza. La toma del punto sería de pie, la cabeza ligeramente bajo la línea dorsal o en su prolongación, la cola bien tensa. De este modo, se libera una gran tensión que le empuja a acercarse a algunos pasos de la caza. El weimaraner muestra una gran seguridad al remontar la emanación.

Guía a la orden

En cuanto a la guía a la orden, este perro de muestra está siempre tenso, aunque en la dirección de la caza, y permanece constantemente prudente.

Cobra

El braco de Wiemar cobra de forma natural la caza en el momento en que su dueño le da la orden. Siendo conocedores de la evolución de la raza desde hace unos diez años, se buscarán los ejemplares que muestren unas cualidades superiores en lugar de sancionarlas.

Muy relevante es el hecho de que para la raza salvaguardar, respetar y fomentar siempre la tarea para la cual han sido criados y elegidos, seleccionando todas las cualidades innatas que responden al estándar de trabajo y permiten su buen desarrollo como perro de caza.

Su entrenamiento para la caza

Hablando de su labor en la caza, el braco de Weimar lo hace siempre a mano adaptándose a todo tipo de terrenos y especies. Tiene un fino olfato que desencadena una muestra instantánea e infalible ante perdices y codornices, especies por las que siente predilección y ante las que se muestra equilibrado, cauto y firme.

Asimismo, es hábil desalojando conejos en la maleza, en la que caza sin miedo, es, además, un excelente rastreador utilizado en toda Europa y resto del mundo, desde el sur de África a Argentina, por su valentía y coraje, bloqueando la pieza hasta la llegada del cazador. También es minucioso en la búsqueda, apasionado cobrador, resistente y, sobre todo, entregado.


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Pese a todo esto, lo cierto es que el desconocimiento crea rechazo y es una raza poco común entre los cazadores. Algo que se suele oír es que «si un weimaraner resulta buen cazador, es porque no es puro, estará cruzado con pointer o braco».

Por suerte, cada día son más los aficionados que encuentran en él un excelente perro de muestra, ajenos a prejuicios y tópicos, centrados en el disfrute de la caza en buena compañía, el weimaraner puede demostrar su alto nivel en comparación a otras razas mucho mas populares, sin desmerecer.