En un gesto de solidaridad y pasión por la naturaleza, Miriam Kniering, una voluntaria de 60 años residente en Denia, Alicante, ha decidido ofrecerse para unir fuerzas con los cazadores y llevar agua a la fauna local. Su iniciativa nace en respuesta al llamamiento de colaboración publicado por un conocido guarda de caza, que originalmente ofrecía 100 euros y un almuerzo gratis a los animalistas dispuestos a ayudar.

Miriam, nacida en Frankfurt pero asentada en España desde hace años, ha sido siempre una activa contribuyente a la causa animal. Su preocupación por la sequía que afecta a su región la ha llevado a realizar pequeñas pero significativas acciones, como proveer agua en su terraza para las aves sedientas. Sin embargo, al enterarse de la iniciativa del guarda de caza, vio la oportunidad de ampliar su impacto y ha ofrecido su ayuda escribiendo a la redacción de esta revista y asegurando que está dispuesta a «colaborar con las sociedades de cazadores» de su zona.

BEBEDERO-PERDIZ
Una perdiz roja calmando su sed en un punto de agua. © Shutterstock

«Soy amante de los animales, pero entiendo a los cazadores»

Su disposición a trabajar codo a codo con aquellos que, a primera vista, podrían parecer sus adversarios, llama la atención a primera vista, si bien Miriam ha querido dejar claro que no está en contra de la caza. «Me da pena que maten a los pájaros, pero por ejemplo aquí hay muchos jabalíes y entiendo que se cacen. También los conejos, que hay zonas con muchos», explica.

Además, Kniering es consciente de que la caza no es solo salir al campo y disparar un arma. «Es una cuestión de tradición y entiendo perfectamente la labor que hacen los cazadores en sus cotos de caza. Por eso me ofrezco a ayudarles», asegura. Para ello, insta a los aficionados a la actividad cinegética de su zona que puedan precisar de su ayuda a contactar con ella a través de Facebook.


Un guarda de caza ofrece 100 euros y almuerzo gratis a los animalistas que le ayuden a llevar agua a la fauna


Esta historia de colaboración surge en un momento crucial, donde la sequía no solo amenaza la supervivencia de la fauna sino que también pone en peligro el equilibrio ecológico de la región. La iniciativa de la comunidad de cazadores y la respuesta de Miriam Kniering es un ejemplo inspirador de cómo acciones individuales pueden desencadenar un movimiento colectivo en pro de la conservación y el respeto por la vida silvestre.