La tórtola europea (Streptopelia turtur) –que llamábamos común– se ha convertido por derecho propio en una de las especies de caza más mediáticas, copando titulares de medios especialistas y generalistas, muy especialmente a raíz de la implantación de la moratoria de su caza en 2021. Los ríos de tinta que se han vertido sobre esta colúmbida nacen en Bruselas, recorren varios países de Europa y desembocan en el Mediterráneo y el Atlántico que la tórtola tiene que cruzar para regresar a sus cuarteles de invernada en África, principalmente en el Sahel (África subsahariana), aunque se ha demostrado que pueden pasar el invierno en el norte del continente.

En algunos casos persisten mitos y leyendas que no benefician a la especie –en un momento en el que las poblaciones consolidan una recuperación y se vislumbra reanudar su caza en próximos años– y que desmontamos a continuación.

1. ¿Nunca más vamos a volver a cazar tórtolas?

Para refrescarnos la memoria, su caza quedó prohibida en España en 2021, sumándose así a Portugal, Francia e Italia, que conforman lo que conocemos como el paso migratorio del oeste de la especie.

No todos estos países estuvieron de acuerdo con la medida, caso de España, pero la Unión Europea (UE) abrió un proceso de infracción –una multa importante, para entendernos– con objeto de que todos los países vedaran la caza hasta que se dieran las condiciones para su aprovechamiento cinegético: que haya una recuperación de sus poblaciones durante varios años; que la supervivencia de las aves se vea mejorada por no cazar; y que existan métodos fiables para registrar las capturas cuando llegue el momento de levantar la moratoria.

En aquel momento muchos estados miembros y organizaciones de cazadores rechazaron la medida, pues cuando una especie se veda raras veces se vuelve a cazar, y también por el hecho de que los países que se encuentran en el paso migratorio del centro y este de Europa no han querido implementar una moratoria y siguen cazándola. Desde entonces, sigue siendo una especie de caza en la mayor parte de España, pero se dice que existe un cupo 0 y que, por tanto, no se puede cazar. 

Tórtola europea.
Tórtola europea. © Shutterstock

Lo cierto es que todo esto puede cambiar. Según las conclusiones de un proyecto financiado por la Comisión Europea para implantar un sistema de caza adaptativo de la especie, la tórtola está encadenando varios años de mejoría de sus poblaciones. Los responsables del proyecto –liderado por el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC)– indican que se está recuperando en el paso migratorio del oeste y que la supervivencia de las aves está mejorando tras la implantación de la moratoria. Si esta tendencia de mejoría sigue, sería posible volver a cazar tórtolas en los próximos años.

Hay que ser optimistas pero al mismo tiempo realistas, porque a día de hoy no sabemos si finalmente podremos cazar en un futuro próximo y tampoco cuántos cotos tendrán permiso, pero que ya se esté barajando esta posibilidad supone un paso importante. Es cierto que no se podrá volver a cazar ‘como antes’, pero hay que darse cuenta de cómo era la caza antes de la moratoria en las comunidades autónomas en las que aún se permitía: en la práctica sólo durante uno o dos días y con unos cupos muy reducidos.

Así, aunque no sea como antes, el hecho de cazar sin duda será una motivación para que sigamos apostando por una especie con un lance tan difícil como emocionante. 

2. ¿Sirve de algo la moratoria para recuperar las poblaciones de tórtola?

Los estudios han confirmado que la caza puede afectar a las poblaciones de tórtolas, que, recordemos, tienen una capacidad reproductiva inferior a la de otras especies como pueden ser la codorniz o la perdiz roja. Es decir, es especialmente sensible a escenarios de sobrecaza que, por desgracia, se ha producido tanto en zonas de invernada en África como en Europa.

Varios años antes de la moratoria –que comenzó en el  año 2021–, el sector de la caza y las administraciones ya dieron un fuerte impulso para cazar de forma sostenible en varios sentidos: retrasando las fechas hábiles hasta la tercera o cuarta semana de agosto, adaptándose así al hecho de que el 15 de dicho mes todavía se abatían tórtolas que no habían terminado de emplumar; reduciendo los días hábiles, que en los últimos años quedaron reducidos a prácticamente dos fines de semana en muchas comunidades; reduciendo los cupos, que en la mayoría de autonomías quedaron entre cinco y diez tórtolas por cazador y día; y prohibiendo la caza en lugares de alimentación o comederos. 

https://revistajaraysedal.es/wp-content/uploads/2021/08/pesca-galicia-puerto.jpg
Un cazador con una tórtola en una image de archivo. © Israel Hernández

Según los datos del Anuario de Estadística Forestal, en España se abatieron en la temporada 2013-2014 un total de 885.000 tórtolas –una cifra que se consideró como no sostenible–, mientras que en la 2020-2021, última temporada en la que se cazaron, la cifra fue de 453.960. Es decir, las capturas se habían reducido en un 50%. Esta reducción, junto con el hecho de que muchos cotos ya no las cazaban, es un indicativo de que la moratoria ya existía antes de la llegada de la moratoria ‘total’. 

Sin duda, no cazar o limitar la caza puede contribuir a la recuperación de cualquier especie, aunque hay matices que merece la pena poner sobre la mesa. Una moratoria para todos los cotos, sin fomentar medidas de gestión del hábitat y sin permitir la posibilidad de cazar tórtolas –aunque sean muy pocas–, suele ser rechazada por buena parte de los cazadores. Por otro lado, los hay que piensan que o se caza en todos los cotos o no se caza en ninguno. 

En nuestra opinión, la cuestión no es cazar o no cazar sino cómo cazar para vincular la caza con los esfuerzos de gestión del hábitat que se realizan en muchos cotos, que en la gran parte de ocasiones son costeados por los cazadores sin que por el momento existan ayudas a gran escala por parte de la Administración para resolver el principal problema, que no es otro que la pérdida y modificación de hábitat. Por lo tanto, en una especie como la que nos ocupa la caza debiera autorizarse preferentemente en aquellos cotos que mantienen hábitats bien conservados y en los que se realizan censos de la especie –como con el Observatorio Cinegético–.

Si de esta moratoria salimos con una recuperación de la tórtola y cotos mejor preparados para hacer censos, junto con un mayor apoyo para gestionar el hábitat, el esfuerzo habrá merecido la pena. De no ser así habremos desperdiciado una gran oportunidad. 

3. ¿Es cierto que en Marruecos las están masacrando?

«El principal problema para la especie son las masacres que se hacen en el norte de África, sobre todo en Marruecos. ¿Por qué nosotros no podemos cazar pero las tenemos que cuidar mientras en África no es así?». Estas preguntas y aseveraciones son todo un clásico que muchos repiten con frecuencia pero que habría que superar el algún momento.

Es evidente que en el norte de África se siguen produciendo auténticas masacres no sólo de tórtolas, sino de otras especies que se dejan el pellejo en su migración hacia el viejo continente. El daño de estas capturas mediante armas de fuego, redes y otros artilugios es desconocido y difícil de valorar, pero también es evidente que las cacerías que se realizan de forma legal en Marruecos –normalmente a partir del 15 de julio– son de tórtolas que nunca han cruzado el estrecho de Gibraltar, es decir, que no crían en Europa y que no son ‘nuestras’. Además, estas cacerías se llevan a cabo en zonas que gozan de altísimas densidades, especialmente aquellas que cuentan con regadío.

En los últimos años parece que las autoridades marroquíes están espabilando, dado que se han impuesto multas en cacerías que han sobrepasado los cupos establecidos. En consecuencia, dichas cacerías son un problema pero no el más importante si lo comparamos con la pérdida de hábitat en Europa, sin lugar a dudas el factor al que hay que prestar más atención. Seguir echando la culpa a África como origen de todos los males ya no cuela…

https://revistajaraysedal.es/wp-content/uploads/2021/08/pesca-galicia-puerto.jpg
La gestión del medio es importante para recuperar las poblaciones de tórtola. © Shutterstock

4. ¿Es la Unión Europea la principal responsable de que no cacemos tórtolas? 

La Unión Europea es la Administración que rige a los estados miembros y de la que procede la mayor parte de la normativa, incluyendo en materia de gestión cinegética. El caso de la tórtola y su disminución poblacional venía coleando desde hace tiempo, y el declive de sus poblaciones y las diferencias en cuanto a la gestión y caza de la especie han propiciado un conflicto que dura hasta la actualidad… incluso con tintes políticos.

Es cierto que en Bruselas, donde también está presente la FACE (Federación Europea de Asociaciones de Caza y Conservación), ‘operan’ los lobbies de organizaciones como BirdLife, en la que está integrada SEO/BirdLife. Como en el caso de Marruecos, no parece que sea una estrategia hábil echar la culpa a Bruselas, pero sí hay que demandar a nuestros dirigentes un cambio en la forma de gestionar nuestros recursos naturales, incluyendo la caza: dejemos atrás su prohibición como dogma de fe para resolver los problemas y pasemos a una gestión adaptativa con fondos que permitan, de una vez por todas, tener hábitats mejor conservados.  

5. Los cotos no reciben suficiente apoyo para conservar a la tórtola

Esta afirmación no es un mito sino toda una realidad. Los cotos se han echado una gran responsabilidad sobre sus hombros, que no es otra que conservar no sólo a la tórtola sino también a un gran número de especies y además, pagándolo de su bolsillo en la mayoría de las ocasiones.

Un estudio reciente ha abordado esta cuestión en cotos de España, Francia y Portugal, dejando patente que la mayoría de ellos realiza gestión agrícola y forestal y aporte de agua y comida, acciones que conjuntamente pueden beneficiar a la especie. Pero la escala a la que se realiza es limitada y si queremos recuperar tanto a esta como a otras aves necesitamos hacer esfuerzos a mayor escala, siendo imprescindible que la Política Agraria Común (PAC) incorpore medidas en este sentido, dado que los cazadores no siempre son responsables de la gestión agrícola y forestal. ¡Pero ojo! No sólo hay que aportar agua y comida, también disponer de un hábitat diverso a través de siembras y cultivos para la caza y desbroces forestales y de matorral, acciones que permiten contar con un escenario óptimo para la tórtola y otras especies.

Decimos esto porque muchas veces se piensa que con agua y comida basta, cuando en el caso de la tórtola puede ser más importante un buen parche en el que crezcan plantas silvestres –como la viborera Echium vulgare– o un desbroce entre campos de cultivos y zonas forestales: podría ser la diferencia entre que críen o no en nuestro coto.

Tórtola europea. © Shutterstock

6. ¿Hay menos tórtolas desde que se empezó a sembrar menos girasol?

Muchos piensan que el cultivo de girasol las favorece, y que desde que bajó la superficie sembrada en España se ha notado mucho. Pues la verdad es que no lo sabemos a ciencia cierta, aunque no parece probable, principalmente porque las pipas comienzan a estar disponibles una vez que ya se han reproducido las tórtolas –o al menos la mayoría de ellas–.

Pero claro, es relativamente fácil verlas utilizando campos de girasol y, cuando se podía cazar, era habitual hacer puestos cerca de ellos. Lo que sí está claro que ha tenido un impacto negativo en la especie –como también en la perdiz, la codorniz y otras aves esteparias– ha sido la reducción de superficie de barbecho desde el año 2010, uno de sus hábitats preferidos. 

7. ¿La tórtola turca compite y desplaza a la europea?

No está claro si esto está pasando realmente. En Centroeuropa, hay evidencias científicas de zonas en las que las turcas han ocupado zonas donde antes había europeas, y en España estudios realizados en Extremadura por Gregorio Rocha y su equipo sugieren que podría existir competición entre ambas especies, aunque un trabajo realizado en Madrid por la Fundación Artemisan –pendiente de publicar– apunta que cada especie de tórtola ocupa distintos lugares para su reproducción. 

De nuevo, con los datos y estudios en la mano, no podemos confirmar que la turca sea un problema de conservación para la europea, lo que no exime de que en algún momento sea considerada como especie cinegética, posibilidad que sigue ‘atrancada’ por el hecho de que está catalogada como especie no cazable; aquí sí podemos protestar a la UE porque esto depende de la Comisión Europea. 

8 ¿Realmente se está recuperando la tórtola o es sólo un espejismo? 

Los datos de los sistemas de monitorización de aves comunes y cinegéticas –entre los que está el Observatorio Cinegético– están mostrando una recuperación y estabilización de las poblaciones de tórtola europea en los países del oeste de Europa. Esta recuperación se observaba incluso antes de que comenzara la moratoria, ya desde los años 2013 y 2014, lo que muestra que los esfuerzos que se estaban haciendo ya tenían resultados, aunque no olvidemos que en una especie como esta lo que pasa en  las zonas de invernada también cuenta. Por el contrario, la situación en el este de Europa va cada vez peor.  

Tórtola bañándose en el agua
Tórtola bañándose en el agua. © Shutterstock

9. ¿Qué puedo hacer por la tórtola?

Muy fácil: unirte al Observatorio Cinegético y participar de los censos de tórtolas, una iniciativa de Fundación Artemisan y otras entidades que ya cuenta con más de 2.700 usuarios registrados y en el que se han realizado cientos de censos desde el año 2020. Infórmate en www.observatoriocinegetico.org o a través de WhatsApp en el teléfono 628 491 716.

10. ¿Cómo sabré si en mi coto se podrá o no cazar tórtola?

Si la situación continúa como hasta ahora es posible que en los próximos años desde Europa se proponga un cupo de capturas que tendrá que ser repartido entre los estados miembros –en el caso de España, entre las comunidades autónomas– que quieran volver a cazar tórtolas. Muy probablemente los cotos que deseen hacerlo serán evaluados para justificar su gestión del hábitat.

A su vez, las administraciones autonómicas tendrán que poner a punto sistemas para el reparto y registro de capturas, como el precinto digital de caza que está desarrollando la Fundación Artemisan. Como antes de la moratoria, seguramente se autorizará la caza en un número reducido de días y cotos que serán la punta de lanza en un proceso de caza adaptativa que no ha hecho nada más que comenzar.