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JARA Y SEDAL, CON LA CONSTITUCIÓN Y LA LIBERTAD

Manifestantes pidiendo la retirada del Anteproyecto de Ley de Bienestar Animal el pasado 20 de marzo en Madrid. © Israel Hernández

Editorial

El artículo 20 de nuestra Constitución reconoce y protege el derecho de los españoles a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción. Además, garantiza nuestra libertad para comunicar o recibir información. Y lo hace, porque el periodismo es el gran garante de la democracia y del estado de derecho en el que vivimos.

El equipo de periodistas que hace realidad la revista Jara y Sedal ha tenido muy clara desde siempre esa importantísima labor de perro guardián que vela por los derechos y las libertades de los ciudadanos que cazan, pescan o simplemente habitan nuestra cada vez más acorralada España rural. Y no vamos a dejar de hacerlo, porque sabemos que nuestro periodismo crítico es necesario.

Esta semana, Unidas Podemos, un partido político que forma parte del que debería ser el Gobierno de todos los españoles, ha cruzado una peligrosa línea al registrar un texto en el Congreso de los Diputados en el que pide la retirada de los programas de Televisión Española Tendido Cero y Jara y Sedal, o al menos su desplazamiento a horarios en los que no los pueda ver nadie. Podemos quiere así acabar con la pluralidad que, hasta ahora y como no podía ser de otra manera, ha caracterizado a la televisión pública de este país, en la que hay espacio para todo tipo de colectivos y culturas. Es precisamente ese concepto, el de la «pluralidad», el que parece olvidado por esa mediocre parte de la clase política que ha querido jugar a gobernar una sociedad que, a todas luces, le viene grande.

Pero a Unidas Podemos no le ha bastado con esto. Juantxo López de Uralde, el diputado que firma el texto y que se hizo conocido por sus comentarios machistas sobre las mujeres cazadoras, a las que llamó «mero elemento folclórico» ante el vergonzoso silencio sepulcral de sus compañeras de partido, ha señalado a esta revista en su texto, en un ejercicio de presión política y censura inédito en este país desde la caída de la dictadura y la llegada de la democracia. Nunca antes un medio había sido marcado públicamente por un partido que forma parte del Gobierno democrático por realizar un periodismo incómodo. Por hacer aquello para lo que nos formaron en las facultades de periodismo y por ser fieles a los valores que nuestro medio representa.

Unidas Podemos ha demostrado que le molesta nuestra libertad de prensa. No la soporta y le gustaría que no existiéramos. Este partido que forma parte del Gobierno nos ha señalado y nos ha tildado de «panfleto» por nuestro periodismo crítico con sus leyes animalistas y por haber sacado a la luz tanto las cuantiosas subvenciones públicas que han concedido a los lobbies animalista y ecologista como los sueldos de algunos altos cargos de su partido, entre otros muchos temas de interés para nuestros 11 millones de usuarios. Altos cargos que cobran más de 86.000 euros sin contar con ninguna formación específica superior que avale el puesto que ocupan, concedido a dedo, y desde el que se permiten el lujo de redactar leyes que han sido cuestionadas por toda la comunidad científica, por biólogos, veterinarios y una mayoría de la sociedad convenientemente silenciada por su red mediática clientelar.

Jara y Sedal ha sido uno de los pocos medios (en muchas ocasiones el único) que ha denunciado las graves consecuencias que tendrán para la sociedad unas leyes animalistas dictadas desde la ideología radical más polarizante y de espaldas a una mayoría social silenciada que reunió en Madrid a más de medio millón de personas pidiendo su retirada. Lejos de escuchar a la sociedad, el Gobierno, espoleado por Unidas Podemos, rehusó alcanzar el consenso social que debería regir todas sus decisiones y se negó a escuchar tanto al mundo rural como al científico y al resto de sectores afectados, proponiendo la aprobación de estas normas, por la vía de urgencia, y un 1 de agosto de 2022.

Esta particular noche de los cuchillos largos de la que estamos siendo víctima en Jara y Sedal es solo una muestra más del grave deterioro democrático que sufre nuestro país, denunciado por medios internacionales como The Economist, con unos poderes del estado cada vez menos independientes y en el que el Gobierno crea leyes que criminalizan y sumergen en la inseguridad jurídica a aquellos sectores de la población perseguidos por la ideología de Unidas Podemos, como el cinegético, mientras despenaliza gravísimos delitos que atentan contra el conjunto del estado con una impunidad sonrojante.

Desde Jara y Sedal queremos dejar claro que no dejaremos de hacer nuestro periodismo y que seguiremos siendo incómodos cuando tengamos que serlo y con quien tengamos que serlo si consideramos que sus actos atentan contra los derechos y las libertades de los españoles que habitan en nuestro mundo rural y quieren mantener su cultura y forma de vida. Si creemos que intenta criminalizar a una mayoría silenciada por una mera cuestión ideológica de odio animalista. No nos dan miedo las amenazas ni los intentos de censura. No vamos a mover ni una coma ante las presiones de ningún partido político, por mucho que este forme parte del mismísimo Gobierno. No es solo un derecho de libertad de prensa, es una cuestión de LIBERTAD.

       
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