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Corzo

El corzo (Capreolus capreolus) es una especie de la familia de los cérvidos, siendo el más pequeño que podemos encontrar en España. Un animal muy expandido en casi toda la geografía con una extremada adaptabilidad y que se sitúa como una de las principales especies cinegéticas para los cazadores por su trofeo y la belleza del entorno en el que habita.

Morfología

El corzo macho alcanza una altura a la cruz de aproximadamente 75 centímetros y unos 20-30 kilogramos de peso, siendo la hembra del corzo algo menor en cuanto a altura y peso.

Pelaje

Los animales adultos poseen un color grisáceo durante el invierno muy tupido que les protege del frío y la lluvia, mientras que durante la época primaveral y especialmente durante el verano este cambia a un color más rojizo tras la muda.

Muy característica es su parte trasera denominada escudo anal, de color blanco repleto de pelo erizable que se expande cuando este huye de un peligro como aviso a otros animales.

Otras peculiaridades de su pelaje es su vientre de color más claro y su hocico negro, pudiendo presentar durante el invierno una mancha blanca en el cuello.

Pelaje y cuerna de corzo. © shutterstock

Las crías de corzo presentan un color rojizo moteado en sus primeros meses de vida que les hace pasar inadvertidos frente a depredadores, mientras esperan totalmente inmóviles entre las hierbas la llegada de su madre para amamantarlos.

Cría de corzo. © shutterstock

Cuernas y trofeo del corzo

Los machos adultos poseen una cuerna de tres puntas que mudan cada año, produciéndose el desmogue durante el otoño (octubre-noviembre) para dar paso a la creación de una nueva, la cual se mantendrá protegida durante su crecimiento por un terciopelo conocido como borra hasta marzo.

Llegado este mes y tras desprenderse de dicha borra frotándose en arbustos y ramas, les servirá para defender hembras y territorios frente a otros machos.

Corzo con borra. © shutterstock

Distribución en España

Como ya hemos indicado el corzo es un animal en clara expansión en nuestro país. Gracias a su gran adaptabilidad a todo tipo de terrenos, podemos encontrarlo en bosques frondosos o amplias extensiones de siembras, siendo su terreno ideal las siembras cerealísticas salpicadas con zonas de árboles donde poder refugiarse.

Podemos encontrarlo en casi toda la geografía española. Sistema ibérico y Central, Cordillera Cantábrica o Pirineos, encontrando reductos poblacionales en algunas zonas del sur como Montes de Toledo, Sierra Morena y las sierras andaluzas de Jaén y Cádiz, donde se le denomina corzo morisco y considerándole una subespecie de este al poseer un menor tamaño de cuerpo, cabeza y trofeo.

Hábitat típico del corzo. © shutterstock

Comportamiento del corzo

Se trata de un animal de hábitos crepusculares, alimentándose y relacionándose al amanecer, atardecer y parte de la noche, pasando inadvertido durante la mayor parte del día escondido en zonas frondosas.

Durante el invierno forma grupos compuestos por varias hembras, machos y crías. Se trata de una estrategia de defensa para aumentar las posibilidades de localizar posibles peligros.

Es durante la primavera y el verano cuando estos grupos se separan pudiéndolos encontrar en pequeños grupos familiares, parejas o incluso animales solitarios.

Durante esta época y provisto de su cuerna, el corzo macho no tolerará a otros de su mismo sexo y defenderá su territorio y hembras frente a competidores con luchas y carreras constantes hasta expulsarlos.

A lo largo del año y especialmente en la época de apareamiento, podremos escuchar los ladridos del corzo. Un sonido similar al de los perros que ambos sexos utilizan como aviso de un peligro y que el macho también utiliza para avisar y defender su territorio.

Si quieres saber más sobre el comportamiento de este animal, no dudes en leer nuestro artículo en el que respondemos 9 preguntas sobre el duende del bosque.

Ladrido corzo © shutterstock

¿Qué come un corzo?

Se trata de un animal muy selectivo en su alimentación, eligiendo únicamente brotes tiernos y pequeñas hojas, las cuales le aseguran un mayor aporte de nutrientes.

Cereales, diferentes hierbas y brotes de hojas de árboles son el principal objetivo de su ramoneo, palabra que define su selectiva elección de alimentos que realiza varias veces a lo largo del día.

Alimentación corzo © shutterstock

Celo y reproducción

La época del celo de los corzos se produce durante el mes de julio en la gran mayoría del territorio español. Es entonces cuando los machos pueden llegar a cubrir a varias hembras de su territorio.

Las hembras de corzo poseen una curiosa estrategia reproductiva denominada diapausa embrionaria o implantación diferida con la que llegan a tener entre 1 y 2 crías denominadas corcinos.

Diapausa embrionaria del corzo

Una vez producido el apareamiento en el mes de julio, se forma el embrión y su implantación se ve detenida durante varios meses. Llegado diciembre éstos se implantan en el útero y comienza su desarrollo que finalizará con el parto en junio, momento de abundancia de comida y refugio que garantiza una mayor tasa de éxito.

Este fenómeno peculiar del corzo y otros animales se denomina diapausa embrionaria o implantación diferida.

Apareamiento de corzos. © shutterstock

Recechos de corzo

El corzo se trata de una de las principales especies cinegéticas de nuestro país. Habitualmente su caza se realiza a rececho y espera eligiendo los lugares frecuentados por ellos donde es más fácil encontrarlos mientras se alimentan. Un tipo de caza muy selectiva en la que habitualmente se abaten los animales de mejor trofeo y por tanto de mayor edad, o animales que por su genética o portadores de alguna enfermedad o limitación es necesario abatir.

En algunas comunidades están autorizadas su caza en batida o montería con el fin de disminuir su población de forma más eficiente y con ello disminuir el problema de accidentes de tráfico y daños a la agricultura.

Corzos macho y hembra. © shutterstock
       
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