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Un animalista confunde una vaca con un perro

© Shutterstock

Un curioso incidente ha ocurrido después de que un animalista haya compartido en redes sociales la foto de un animal, asegurando que se trataba de un perro muerto. Sin embargo, la imagen en realidad muestra una vaca.

La confusión surgió después de que un hombre tomara la foto y la compartiera con el animalista, lo que llevó a este último a cometer el error asegurando que era un perro lo que se podía apreciar en la instantánea. El incidente ha generado comentarios y risas en las redes, subrayando la importancia de verificar la información antes de compartirla.

Una nueva confusión del mundo animalista

Fue a partir de esa fotografía inicial cuando el animalista decidió difundirla a través de un grupo de Facebook de ‘Identificación de cadáveres de animales’. Sin embargo, su afirmación no cuadraba con la realidad.

«Me pasan esta foto de un perro negro fallecido… por el estado, desde hace días. Indica que es en los llanos de Arganda», ha afirmado en el texto que acompaña a la imagen. En cambio, lo que de verdad se ve en ella es un ejemplar de vaca y no el cuerpo de un perro, como el animalista ha querido vender en las redes sociales.

Lo cierto es que no es la primera vez que ocurre algo como esto. De hecho, en este medio nos hemos hecho eco de otras situaciones muy parecidas. En abril de 2021, un animalista vegano catalán grabó lo que él indicó que era una «vaca lechera muy vieja», pero finalmente resultó ser un semental.


Recoge un cachorrillo pensando que es un gatito y cuando crece resulta ser una pantera


Un tiempo antes, en noviembre de 2020, una animalista publicó una imagen en Facebook, asegurando que en ella se veían los restos del cadáver de un galgo. Lejos de ser esta la verdad, en la fotografía se veía nítidamente que se trataba del cráneo de un jabalí.

En agosto del año 2019, también con la intención de atacar al sector cinegético, otro animalista publicó en las redes sociales lo que él afirmó que era un trozo de cráneo de perro de caza, criminalizando, así, a los aficionados a la actividad cinegética de su pueblo. Lo que en realidad mostraba dicha fotografía era la quijada de un cordero.

       
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