El tiempo pasa, la vida avanza y todo va cambiando. Así también ocurre con las técnicas con las que los profesionales desempeñan sus labores y esto es aplicable, por supuesto, a los zapateros. Antiguamente, los métodos y los materiales con los que se fabricaban los zapatos eran muy diferentes a nuestra realidad actual y, entonces, el jabalí era clave en este proceso.
Todo esto nos lo explica con detalle Antonio Cano, un artesano del cuero cuyo trabajo pasa por intentar plantar sobre piel todo lo que sueña, imagina y ve. Lo hace en un documental de Eugenio Monesma, un productor y director de cine etnográfico de sobra conocido por plasmar oficios y técnicas ancestrales en España con sus trabajos audiovisuales.
Pelo de jabalí para fabricar zapatos
Cano es natural de la localidad de Canfranc, en Huesca, y es allí donde tiene su taller. En el año 2008 creaba nuevas piezas sobre piel que mostraban cómo era el cuero durante la Edad Media.
De este modo, han explicado que el origen de los zapatos «se remonta a los tiempos más pretéritos de la existencia del hombre». Esto se debe a que aspectos como la dureza del suelo, los matorrales y el frío o el calor de las superficies por donde caminaban hicieron necesario algo para protegerse los pies.
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A continuación, Antonio Cano comienza a detallar cómo se fabricaban los zapatos en aquella época y uno de los materiales que ha asegurado que utilizaban es pelo de jabalí. «Siempre se buscan aquellos que han de ser de la zona del espinazo, que son más fuertes y más rígidos», ha destacado.
Lo que se hace con ellos, tal y como enseña el artesano, es trenzar de una punta a otra, bien prieto. Después de esto, se le aplica pez y cera virgen para que la hebra se deslice fácilmente. Así es como, con los pelos de jabalí, se fabrica el hilo muy resistente con el que se va a trabajar para fabricar los zapatos y fijar la suela a la piel del cuerpo del calzado.