Después de colarse entre las ocho finalistas de foso femenino de tiro olímpico en los Juegos Olímpicos de París 2024, Fátima Gálvez no pudo volver a España con una medalla. En la final, la española consiguió romper 23 platos y esto tan solo le valió para terminar en la quinta posición, justo por detrás de Mar Molné.
Gálvez, con 37 años, tiene en su currículum como deportista una gran experiencia dentro de esta disciplina, tanto que ya conoce lo que es ser campeona olímpica al lograrlo en mixto en Tokio de 2022, junto con Alberto Fernández.
Sus quejas sobre el ruido de las gradas
A pesar de su gran trayectoria, Fátima ha reconocido que es «la primera vez» que se pronuncia acerca del tema que habló tras la disputa de la final en París. «También es verdad que, en una final, me sorprende muchísimo que, en un deporte que requiere de concentración y de precisión, las gradas estén chillando y estén alentando a sus tiradoras», comenzó opinando.
«Por un lado me alegro por todas nosotras, pero no tiene sentido. A veces se siente pesado para recuperarte. No es una queja, sino que reivindico también que es un deporte de precisión y que por lo menos las gradas tienen que estar en silencio para que gane la que mejor se concentre y se prepare para esa final», añadió.
Fátima Gálvez denuncia cierto favoritismo hacia los hombres
Sin embargo, no fue esto lo que más ha dado que hablar de sus palabras, sino la reivindicación que hizo haciendo referencia a las diferencias de condiciones con las que se llevan a cabo las pruebas femenina y masculina.
Respecto a la música que ponen de fondo durante el transcurso de la prueba, Fátima ha mencionado que durante la final de los hombres no hubo música. «Yo no estuve presente, pero por lo visto no hubo».
Mar Molné y Fátima Gálvez se quedan a las puertas de las medallas en París
«La final masculina comenzó media hora más tarde en la competición individual y nosotras media hora antes. Eso es verdad que me molesta, dentro de lo que es la competición», ha expresado. Sobre ello, la tiradora ha contado que les explicaron que se debía a «un reflejo en el telón de delante».
«¿Y para nosotras no hay reflejo?», ha planteado. «Eso sí que me molesta muchísimo porque no hay igualdad en ningún sentido. A los hombres se les beneficia en ciertos aspectos, mientras que a las mujeres nos perjudican. Y eso había que decirlo», ha concluido denunciando Gálvez.