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Detectan la presencia de un pez capaz de comerse a un perro en una zona de baño y pesca de Salamanca

Fotos de archivo del embalse de Santa Teresa y de un siluro adulto. © Shutterstock

El pasado domingo 11 de agosto, Aitor García Castro, un pescador de 31 años, capturó un siluro en el embalse de Santa Teresa, en Salamanca, una zona tradicional de baño donde se desconocía la presencia de esta especie. Los siluros adultos pueden alcanzar dimensiones tan grandes que incluso se ha documentado que pueden depredar sobre animales como palomas o incluso algún que otro animal pequeño como un perro. Este fue el caso de un fox terrier devorado por un siluro en el río Tiétar en Cáceres en 2018, según relató la sobrina del propietario.

El improvisado cebo utilizado por Aitor. © A. G.

Aitor cuenta a Jara y Sedal que hace dos años un amigo de su pueblo, Santa Inés, le comentó que habían visto un siluro en la zona de la presa, pero nunca más se supo nada sobre la especie. Ese día, Aitor había sido invitado a bañarse con sus amigos, ya que estaba de vacaciones con su hijo. Decidió llevar una caña pequeña telescópica «con un anzuelo de alburnos y dos granos de maíz», recuerda, con la intención de «pescar alguna carpa pequeña o un barbo» junto a su hijo.

Sus amigos se reían, diciendo que en esa zona de baño no había peces.

Aitor junto a sus amigos en la zona en la que multitud de personas se estaban bañando. © A. G.

Diez minutos después de lanzar la caña llegó al sorpresa

Sin embargo, poco después de lanzar la caña, esta se dobló y el carrete comenzó a girar. Sus amigos pensaron que había capturado una carpa o un barbo de unos dos kilos, hasta que vieron de cerca que se trataba de un siluro. «La gente de la zona comenzó a hacerse fotos con el pez», ya que nadie había escuchado que hubiese siluros en el embalse de Santa Teresa.


Pescan uno de los siluros blancos más grandes de España en el Ebro


El siluro medía 74 centímetros y, al ser una especie invasora, Aitor no lo soltó de nuevo en el embalse. Después de la captura, subió a Galinduste, donde la gente en el bar esperaba para ver el pez. Este hallazgo ha generado preocupación entre los bañistas y pescadores locales, ya que la presencia de siluros en la zona podría representar un riesgo tanto para la fauna local.

El pescador con el siluro recién capturado. © A. G.

La captura de este siluro pone de manifiesto la necesidad de una mayor vigilancia y control de las especies invasoras en las zonas de baño y pesca. Los siluros, originarios de Europa del Este, han sido introducidos en varios ríos y embalses de España, donde han proliferado debido a la falta de depredadores naturales. Su presencia puede alterar los ecosistemas locales y representar un peligro para otras especies.

Aitor con el pez muy cerca de las familias que en ese momento se bañaban en la zona. © A. G.

En resumen, la captura de este siluro en el embalse de Santa Teresa ha sido un acontecimiento inesperado que ha alertado a la comunidad local sobre la presencia de esta especie invasora en la zona.

       
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