El arte es ese arma de expresión que nos permite transmitir cualquier idea, pensamiento o sentimiento con tan solo una imagen. Sobre ello sabe mucho Banksy y, en esta ocasión vamos a hablar de una de sus obras que hace referencia al pasado cazador del ser humano.
Con este seudónimo es conocido el artista callejero de origen británico. Su identidad es todo un enigma y, a día de hoy, nadie ha llegado a conocerla. Sus grafitis comenzaron a aparecer en torno a los años 80, coincidiendo con el ‘boom’ del aerosol.
Durante todo este tiempo, la mayor parte de sus trabajos son piezas artísticas sobre cultura pop, política, moralidad y etnias que combinan la escritura con grafitis y plantillas. A lo largo de los años se ha ido especulando mucho respecto a esa identidad oculta y, en este sentido, han aparecido nombres como Robin Gunningham, Robert Del Naja o Neil Buchanan. Sin embargo, nadie ha conseguido confirmar ninguno de ellos.
Las obras de Banksy
En cuanto a su arte callejero, una de las obras más conocidas de Banksy es su relación entre la percepción y la realidad en la impresión de Napalm. Es una representación de cómo Estados Unidos se percibe a sí mismo y cómo lo perciben otras culturas.
Otra de las más populares es la bautizada como ‘Love is in the Air’, del año 2003. Apareció en Belén poco tiempo después de la construcción del Muro de Cisjordania. En concreto, este grafiti se pintó en el muro de 760 kilómetros que separa Palestina de Israel.
El pasado cazador del hombre
Sin embargo, a la que nos referimos en este artículo no es ninguna de sus obras más conocidas. Es de mayo de 2008, se encuentra en el túnel de Leake Street, en Londres, y se creó con motivo del Cans Festival.
Convierte una luna de un coche llena de polvo en una obra de arte
Bajo el título ‘Cave Painting Removal’, la obra muestra a un hombre, vestido como un trabajador de ciudad, que parece estar limpiando una pared cubierta de pinturas prehistóricas.
Dichas pinturas escenifican escenas de caza y lo que podemos interpretar del grafiti es cómo el hombre del siglo XXI y de ciudad ligado al animalismo estaría tratando de borrar ese pasado cazador del ser humano. También hay quien ha interpretado que Banksy cuestiona con este trabajo el valor que la sociedad otorga a las obras de arte y que se trataría de una crítica a la tendencia de las sociedades modernas a ignorar el legado artístico urbano, además de estar destruyendo nuestros orígenes antropológicos.
