En Alemania han dado un paso que en España es tan necesario como aparentemente lejano. Por su parte, el gobierno regional de Baviera ha aportado su granito de arena para facilitar aún más la caza de lobos ante los graves daños que provoca la especie.
Concretamente, han apuntado que estas acciones están completamente justificadas incluso cuando solo se hayan producido heridas en un animal de pastoreo. Además, también han eliminado la necesidad de un informe de ADN que demuestre que el animal abatido es quien realmente dio lugar al problema.
Alemania actúa para combatir el gran problema que supone el lobo
Recordemos que, ya en 2019, el Bundestag alemán aprobó un reglamento que daba luz verde a «eliminar varios animales de una manada o incluso una manada de lobos entera». Aunque tenía una condición: «Si es necesario para evitar un inminente daño agrícola grave».
Por su parte, Markus Söder, presidente regional de Baviera, aseguró que «la gente se siente muy, muy insegura. Debido a que el lobo se está multiplicando, cada vez hay más grietas y algunos animales salvajes están llegando a las comunidades pobladas y a las granjas. Una disminución debe ser posible».
Las comparaciones son odiosas y, en este caso, España y la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez no quedan en muy buen lugar.
España protege al lobo pese a superar los 11.500 ataques
Nuestro país está muy lejos de llegar al punto de Alemania. Podríamos decir que a años luz. Tanto que, en 2021, el lobo ibérico se incluyó en el Listado de Especies Protegidas (LESPRE). Una ofensiva directa al mundo rural.
La cruda realidad que se vive en España con este animal no es algo abstracto. Los datos demuestran que es una situación que requiere medidas urgentes y desde el Gobierno se está haciendo todo lo contrario.
Desde el año 2015 hasta el 2022, en Castilla y León se ha duplicado el número de reses muertas a manos del depredador. De las 2.769 registradas en 2015, la cifra de 2022 se ha incrementado hasta los 5.080 animales muertos en esta zona por ataques de lobo.
En este sentido, Asturias informó de 2.500 reses muertas en 2022. Cantabria hizo público que, entre potros, terneros, ovejas y cabras, más de 2.000 ejemplares murieron el pasado año como consecuencia de los ataques del cánido.
Asimismo, en Galicia tuvieron conciencia de que un total de 2.251 reses murieron como víctimas de las graves consecuencias que la presencia del lobo tiene para estas especies.
Son 11.831 los animales que en 2022 perdieron la vida a causa de los cánidos en las principales comunidades autónomas que sufren sus ataques. Este disparatado número sale de los datos de tan solo cuatro de ellas.
A pesar de todo esto, el Gobierno español sigue creyendo que es un triunfo mantener bien protegido al lobo ibérico. Los ganaderos no forman parte de sus preocupaciones, al parecer.