El director general de derechos de los animales, Sergio García Torres, ha criminalizado al sector cinegético en las últimas horas a través de Twitter compartiendo los titulares de varias noticias entre los que se relaciona a supuestos cazadores con el maltrato animal, las armas ilegales o la posesión de sustancias estupefacientes, entre otros.
«Dice el presidente de la federación de caza que ellos son quienes mejor tratan a sus animales. Entonces, ¿por qué el rechazo a una ley que persigue el maltrato animal y el abandono?», ha escrito García Torres en Twitter. Esto ha tenido una rápida respuesta por parte de la Real Federación Española de Caza, que ha contestado a sus palabras.
«Dice el DG de derechos de los animales que su ley persigue el maltrato animal y el abandono. Entonces, ¿por qué en lugar de contar con expertos en la materia se van a crear nuevos ‘chiringuitos’ animalistas y repartir varios millones entre su red clientelar de protectoras?», le ha preguntado a su vez la RFEC.
🤔Dice el DG de derechos de los animales que su ley persigue el maltrato animal y el abandono. Entonces, ¿por qué en lugar de contar con expertos en la materia se van a crear nuevos ‘chiringuitos’ animalistas y repartir varios millones de 💶entre su red clientelar de protectoras? https://t.co/mqmONbcaR2 pic.twitter.com/7BkWX8evNW
— RFEC (@RFECaza) August 17, 2022
Recordamos que, tal y como exponía este medio hace unos días, las protectoras, formadas en su mayoría por militantes animalistas, tienen gracias a él a su disposición 3.000.000 de euros de dinero público en subvenciones. Y este Anteproyecto de Ley les da protagonismo, las discrimina positivamente y deja la puerta abierta a recibir más subvenciones de las que ya disponen.
Una serie de privilegios que van desde reconocerlas como entidades capacitadas para impartir talleres de formación basados en su ideología, hasta hacer las veces de ‘policía animalista’ colaborando con los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. Y, por supuesto, propone nuevas formas de financiación para que los animalistas puedan seguir ingresando dinero público gracias a una extensa red de órganos ahora inexistentes. En concreto, todos estos son los nuevos ‘chiringuitos’ animalistas que recoge el anteproyecto.