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Los rehaleros de Extremadura podrán desinfectar los vehículos en sus instalaciones esta temporada

Momento de la suelta de una rehala. © José David Gómez.

El Servicio de Sanidad Animal de la Junta de Extremadura ha notificado oficialmente a la Asociación Española de Rehalas y a la Federación Extremeña de Recovas que la normativa sobre la desinfección de vehículos de rehalas contará con una moratoria durante la temporada 2025/2026. Gracias a ello, los rehaleros podrán seguir aplicando la desinfección en sus propias instalaciones y con los talonarios habilitados, sin necesidad de acometer nuevas obras o trámites inmediatos.

Qué supondrá la futura normativa

La comunicación precisa que a partir de la temporada 2026/2027 será obligatorio contar con centros de desinfección anejos a las perreras, debidamente autorizados, registrados y sometidos a una inspección veterinaria previa. Esto supondrá un gasto considerable en construcción, papeleo y adaptación de instalaciones para la mayoría de las rehalas extremeñas.

Las asociaciones cinegéticas implicadas consideran que la aplicación literal de esta exigencia resultaría desproporcionada. En su opinión, la actual redacción del Real Decreto 638/2019 abre la puerta a que las rehalas puedan quedar exentas de acometer esas inversiones. Por ello, durante este año de prórroga insistirán en trasladar a la administración autonómica la necesidad de buscar una interpretación favorable al sector.

Rehala de perros cazando. © Israel Hernánez

Mientras tanto, se confirma que el procedimiento seguirá como hasta ahora: los vehículos deberán ser desinfectados en las instalaciones de cada rehala, registrando la operación en los talonarios oficiales antes de salir de caza. Este sistema, vigente en los últimos años, se mantendrá intacto durante toda la campaña 2025/2026.

Requisitos sanitarios y formación obligatoria

El comunicado también recuerda que únicamente se pueden utilizar productos biocidas ganaderos en la desinfección de los vehículos. Además, el encargado de aplicarlos está obligado a contar con el carnet de aplicador de biocidas de uso ganadero, cuya obtención pasa por la realización de un curso oficial.

Las asociaciones advierten de que no cumplir esta exigencia tendrá consecuencias: las sanciones derivadas de una inspección serán seguras y prácticamente imposibles de recurrir. Por ello recomiendan a todos los titulares que aprovechen este tiempo para realizar el curso, bien a través de convocatorias financiadas por la Junta o en centros privados.

Un año decisivo para el futuro de las rehalas

La decisión de la Junta supone un alivio temporal para el sector, que ve cómo se gana un año más de margen antes de la entrada en vigor de la obligación de crear centros autorizados. Sin embargo, desde las asociaciones se insiste en que este periodo debe servir para negociar, defender la singularidad de las rehalas y evitar cargas económicas innecesarias.

Con este escenario, los rehaleros afrontan la temporada con la tranquilidad de mantener sus procedimientos habituales, pero también con el desafío de prepararse para un futuro que, de no modificarse la normativa, implicará nuevas inversiones, controles y responsabilidades administrativas.

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