En Ulldecona (Tarragona), junto al trazado histórico de la Vía Augusta, se levanta un olivo que desafía al tiempo. Con 1.700 años de vida, este ejemplar conocido como «La Farga del Arión» sigue dando fruto cada temporada, transformado en un aceite virgen extra exclusivo que conecta la herencia romana con la agricultura mediterránea actual.
Un gigante del paisaje mediterráneo
El porte de este árbol impresiona: más de 18 metros de circunferencia en su base, un tronco que supera los ocho y una altura cercana a los seis metros lo convierten en un monumento natural vivo. Su aspecto, marcado por siglos de historia, lo ha situado como el árbol más antiguo documentado de España, según certificaron estudios de la Universidad Politécnica de Madrid.
No es solo su edad lo que sorprende, sino su capacidad de seguir produciendo aceitunas, utilizadas para elaborar el aceite Farga Milenaria, una edición limitada que une pasado y presente en cada gota.
El territorio de los olivos milenarios
«La Farga del Arión» forma parte de un conjunto de más de 150 olivos milenarios distribuidos entre Tarragona, Castellón y Teruel. Este legado natural está integrado en el Museo Natural de Olivos Milenarios del Arión, gestionado por la Mancomunidad Taula del Sénia, donde cada árbol cuenta una historia vinculada al trabajo agrícola y a la vida mediterránea.
Los habitantes de la zona han sido los guardianes de este patrimonio, cuidando de estos ejemplares durante generaciones y convirtiéndolos en un símbolo de resistencia y permanencia.
Más que un árbol antiguo
La relevancia de este olivo no radica únicamente en su edad o en sus dimensiones. Representa la relación del ser humano con la tierra, la capacidad de la naturaleza para sobrevivir al paso de los siglos y el valor de un paisaje agrícola que sigue ofreciendo alimento después de diecisiete siglos. Un verdadero testigo de la historia del Mediterráneo que, todavía hoy, continúa vivo y productivo.