Icono del sitio Revista Jara y Sedal

Manuel Gallardo, en la comisión del Congreso sobre la ley animalista: «Vayan ustedes al campo antes de legislar»

Gallardo, durante su intervención. © YouTube

Manuel Gallardo, presidente de la Real Federación Española de Caza, ha participado este viernes en la Comisión de Derechos Sociales y Políticas Integrales de la Discapacidad del Congreso de los Diputados, donde ha comparecido al lado de otros expertos y ha hablado del proyecto de Ley de Bienestar Animal del Gobierno.

Lo primero que ha hecho ha sido poner de manifiesto su «desacuerdo a que esta comisión haya impedido que un número importante de organizaciones que habían solicitado comparecer, no hayan podido participar, lo que habría arrojado más luz al debate de enmiendas. Pues es evidente que un asunto que ha generado más de 6000 alegaciones y 657 enmiendas lo merece».

Igualmente «nos parece inadecuado que el plazo de presentación de enmiendas haya terminado hace dos días, lo que desvirtúa sin duda, la utilidad de las comparecencias». En cualquier caso, «sí quiero agradecer a quien nos ha propuesto para estar presentes en esta comisión», añadía.

«Somos una de las organizaciones civiles más grande de España, heterogénea y apartidista, seguramente con más militantes cotizantes que cada uno de los partidos que nutren los diferentes grupos parlamentarios de esta cámara, entiéndanme que lo digo solamente por poner de relevancia que no somos un grupo desdeñable de opinión», ponía en valor el presidente de la RFEC al inicio de su intervención. Sin dejar de defender los intereses de las otras aproximadamente 500.000 personas que no siendo federados practican la actividad de la caza en este país.

«Todo ello, sin olvidar al sector empresarial cinegético, que mantiene del orden de 250.000 puestos de trabajo, que aporta a la economía nacional en torno a 6.500 millones de euros, y que participa, junto con todo el sector cinegético en la aportación de más de 300 millones de euros a la conservación e investigación, o que contribuye a la recaudación de alrededor de 700 millones de euros para las arcas públicas», añadía Gallardo.

Igualmente «debo arrogarme la representación, también con el debido permiso, de una parte importante del deporte español, pues el 16% de las federaciones deportivas de este país cuentan con la participación de animales para sus fines y objetivos. Federaciones deportivas que representan a decenas de miles de personas, y que se ven afectados por las normas que hoy nos ocupan», exponía.

El 20 de marzo

Ha recordado que el día 20 de marzo de 2022 «una marea naranja de más de 600.000 personas inundó las calles de Madrid, en la manifestación más grande de la sociedad civil que se recuerda desde la de Miguel Angel Blanco. Cientos de miles de personas, en su inmensa mayoría cazadores y cazadoras, llegadas desde todos los puntos de España, para exigir la retirada de las leyes animalistas», recordaba. «Todos ustedes lo vieron, de una forma o de otra fueron testigos de un hecho histórico, donde la ciudadanía gritó; basta ya de legislar contra el mundo rural y contra la caza», describía. «Siempre me preguntaré cómo el gobierno de esta nación, después de ver esa demostración de repulsa, pudo el 1 de agosto convertir en proyectos de ley, unos anteproyectos tan rechazados socialmente», seguía defendiendo Gallardo.

«Oímos a personas que dicen representar a la sociedad española, sin datos que lo respalden. Que han enarbolado encuestas de opinión de muy discutible cuño, que muestran continuamente las mismas imágenes horribles y cruentas de ejemplos que hablan de maltrato animal, con el único fin de convencer a la sociedad y convencerles a ustedes de que estamos ante una emergencia nacional de índole catastrófico, que debe tratarse de forma urgente, contundente y totalitaria», expuso el presidente de la RFEC en el Congreso. Y ha desmontado varios de los mitos y bulos «que han venido justificando la necesidad imperiosa de leyes como las que nos ocupan».

«Se habla de los cazadores como si fuésemos un colectivo homogéneo, todos cortados por el mismo patrón de comportamiento cruel. Y nada más lejos de la realidad, somos ciudadanos y ciudadanas de este país absolutamente normales, que en nuestro tiempo libre cazamos», defendía.

«Los cazadores somos diputados en el Congreso o senadores, o médicos o albañiles, unos de izquierdas, otros de derechas, de centro…»

Cazador. © Ángel Vidal

«Somos diputados en el Congreso o senadores, o médicos o albañiles, unos de izquierdas, otros de derechas, de centro, catalanes, andaluces, gallegos, hombres y mujeres. Por tanto, criminalizar a una parte de la ciudadanía de este país, es sin duda un acto deleznable, y que ustedes, nuestros legítimos representantes tienen la obligación de rechazar y no lo contrario, como desgraciadamente nos tienen acostumbrados algunos destacados políticos de este parlamento.

La «indefensión de los animales» -según seguía relatando Gallardo en su discurso- es «otro mantra al que se nos pretende someter». «Y yo les invitaría a consultar el código de protección y bienestar animal publicado en el Boletín Oficial del Estado actualizado a septiembre de 2022. En total 80 normas, entre leyes orgánicas, leyes ordinarias, reales decretos y legislación autonómica. ¿Cómo es posible que alguien pueda creer que los animales de este país están desprotegidos?», se preguntaba.

«Nadie está en contra del bienestar animal, y mucho menos los cazadores»

La última «perversión» es que el debate se ha querido llevar a protección animal. «Y eso es falso y tendencioso. Nadie está en contra del bienestar animal y mucho menos los cazadores. Y venimos repitiendo que el problema es que el sector cinegético no puede cumplir esta legislación, y que si ésta viera la luz como está planteada, llevaría a la desaparición de la caza.

«Se habla de igualdad, de derechos de los animales y parece que algunos de ustedes o sus grupos parlamentarios creen que todos los animales son iguales, y eso es erróneo. ¿Es igual un chihuahua que duerme en el sofá de un piso en Madrid, que un mastín en una finca de León? ¿son iguales sus necesidades?, ¿o un perro de rehala? ¿O un canario y un halcón?», seguía preguntándose. «Las leyes, señorías, tienen que ser claras y entendibles, y además tener la cualidad de poder cumplirse, y eso no se da en al caso del proyecto de ley de bienestar animal», añadía.

«No entraré en la discutible calidad técnica del texto legislativo, ni tampoco en su evidente carácter de inconstitucionalidad por invadir de forma flagrante competencias exclusivas de las comunidades autónomas. Ni tampoco me referiré al artículo 150.3 de la Constitución Española, y que en este caso se vulnera», denunciaba Gallardo.

El articulado sobre animales de compañía y animales silvestres en cautividad

A lo que se ha referido es al articulado, comenzando por el primero que pretende afectar a todos los animales de compañía y animales silvestres en cautividad: «Tengo que decirles, que a fecha de hoy nadie sabe qué animales serán los agraciados, pues se crea el listado positivo de animales que se desarrollará reglamentariamente, eso sí, en 4 años, moral no le falta al promotor de la ley. Y tampoco cuales los silvestres en cautividad que pasarán a ser de compañía. Un listado, que irá creciendo o decreciendo a criterio de un comité científico, que se crea en el artículo 6, donde no hay científicos y lo presidirá, cómo no, el director general de derechos de los animales.

Ha aprovechado para decirles que la palabra «reglamentariamente» aparece en el texto 46 veces, garantía de inseguridad jurídica y camino expedito a la arbitrariedad, en contra de lo que establece el artículo 9 de nuestra constitución.

Más sobre las definiciones en el texto

Sobre las definiciones, amplio artículo que llega a las 36, «no deja de llamar la atención que se modifique la de animal de compañía», obviando el Convenio Europeo sobre Protección de Animales de Compañía, ratificado por el reino de España en 2017, BOE 245, en que en su artículo 1 cita; Se entenderá por animal de compañía todo aquel que sea tenido o esté destinado a ser tenido por el hombre, en particular en su propia vivienda, para que le sirva de esparcimiento y le haga compañía. «Se cambia esta definición y se trata a todos los animales por igual, sin tener en cuenta sus características, necesidades u ocupaciones», criticaba Gallardo.  

Por otro lado, según exponía el presidente de la RFEC, se define el maltrato como toda conducta, tanto por acción como por omisión, que compromete la salud del animal y su estado físico o psíquico. Un concepto que choca frontalmente con la acción de cazar, que sin duda entraña riesgos para el animal, pues correr por el campo así resulta. Por lo que si mi perro sufre una lesión, estaremos incurriendo en una falta grave o muy grave con una sanción de hasta 200 mil euros, siempre que no sea delito.

Sobre la prohibición de criar

«Otra circunstancia lesiva es la prohibición de criar», añadía Gallardo. «Para poder criar hay que inscribirse en un registro de criadores, y casualmente el único que existe en la ley, artículo 10.6.e, es de criadores profesionales, del que tampoco conocemos los requisitos que hay que cumplir. No poder criar impediría la selección genética de perros óptimos para determinades actividades, Y por otro lado, atenta contra la propia libertad de su dueño. Los cazadores, por lo general no somos criadores profesionales. La estrategia es sencilla, si resulta muy difícil o imposible tener un perro de caza, la caza decaerá», defendía.

Los animales silvestres en cautividad que son utilizados como auxiliares de la caza, «son otro misterio», añadía. «¿Será declarada la perdiz roja animal de compañía?», se preguntaba. «De no serlo la tradicional caza de la perdiz con reclamo desaparecerá. Pero si se declara, no se podrán realizar repoblaciones en los cotos, pues está prohibido hacerlo con animales de compañía, todo un logro de la ley. No te preocupes, que si no te perjudico, por un lado, lo haremos por el otro, parece pensar el legislador», describía.

El artículo 70 del proyecto

Y se detuvo en el artículo 70 del proyecto: «Se haría inviable la grabación de documentales de caza y naturaleza y la difusión de imágenes en medios de comunicación y redes sociales. Estamos ante un artículo que vulneraría un Derecho Fundamental a comunicar y recibir información veraz por cualquier medio de difusión tal y como se recoge en el artículo 20 de la Constitución», exponía.

El proyecto de ley de modificación del Código Penal

Sobre el proyecto de ley de modificación del Código Penal, «la fauna silvestre ya cuenta con un severo régimen de protección establecido en los artículos del 334 al 340 del Código Penal o la Ley 4/1989, de Flora y Fauna Silvestre o la Ley 42/2007, de Patrimonio Natural y la Biodiversidad», exponía. Por tanto, «parece una sobrerregulación lo que se pretende con este proyecto de ley».

«Es de todo punto improcedente la ampliación de la protección que se plantea a todos los animales vertebrados sin ningún tipo de discriminación. Que todas las lesiones que se puedan causar a un animal, de cualquier tipo, sea un ilícito penal, es injustificada».

Una reflexión final

Y finalizaba con una reflexión: «El animalismo es sin duda un paso más en la intención construir una sociedad decadente, donde no se avance en la defensa y ampliación de los derechos humanos, sino en responsabilizarnos de todos los males del planeta tierra y maltratadores de inocentes animales», exponía.

«Desde esta tribuna apelo simplemente al sentido común, vayan ustedes al campo antes de legislar, vayan un día de caza o de pesca o a ver una carrera de trineos, o a una suelta de palomas. Vayan ustedes a los pueblos de este país, vean cómo cuidan a sus perros. La realidad es tozuda y no verán perros colgando por las cunetas, ni seres humanos depravados apaleando animales, ni dándoles escopetazos o usando cal viva», señalaba.

«Lo bueno de haber conocido las enmiendas presentadas por los grupos políticos es que tanto las de PSOE, PP, VOX, PNV, Coalición Canaria y Teruel Existe coinciden en que los perros de caza, sus animales auxiliares y los perros de características especiales salgan de esta ley, que si lo trasladamos en representación en esta Cámara Baja, suponen el 74% de la misma. He tenido ocasión de reunirme con muchos de los grupos parlamentarios y puedo afirmar que comparten que no todos los animales son iguales y que no se les puede dar el mismo tratamiento», defendía Gallardo.

Estamos convencidos de que las enmiendas que comentábamos anteriormente y otras muchas de diferentes grupos parlamentarios, se abrirán paso frente a la dictadura animalista, frente a la sinrazón de ideólogos de un mundo donde solo prevalezca su voluntad, sometiendo a quienes no piensen como ellos, no hagan lo que ellos o no coman lo que ellos», concluía.

       
Salir de la versión móvil