El Gobierno ha aprovechado las vacaciones estivales para dar un nuevo impulso a su polémica Ley de Bienestar Animal, que cuenta con una fortísima oposición que se materializó en la masiva manifestación del mundo rural el pasado 20 de marzo en Madrid, donde más de medio millón de personas colapsaron las calles de la capital. Esta, redactada desde los postulados animalistas más radicales, ha sido criticada por la comunidad científica y por todos los sectores afectados por ellos. Pero no solo es lesiva para el mundo rural o la biodiversidad, también pretende imponer nuevas prohibiciones que afectan a los más desfavorecidos de la sociedad. De esta forma, el Gobierno quiere imponer multas de hasta 10.000 euros a aquellos que ejerzan la mendicidad acompañados de un perro.
En el Artículo 25, que recoge las Prohibiciones generales con respecto a los animales de compañía y silvestres en cautividad señala en su punto G la prohibición de «utilizarlos (animales) de forma ambulante como reclamo o ejercer la mendicidad valiéndose de ellos».
Por otro lado el texto expone en su artículo 81 que «se considerarán infracciones leves las conductas que, por acción u omisión, conlleven la inobservancia de las prohibiciones y obligaciones establecidas en esta Ley, siempre que no estén tipificadas como graves o muy graves», entre las que se encuentra ejercer la mendicidad con animales. En concreto, las infracciones leves están multadas de 500 a 10.000 euros, según el Anteproyecto.