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La ley animalista obliga a construir refugios con comida para gatos callejeros en pueblos que no tienen comedor social

Un gato se alimenta de pienso en la calle junto a unas casetas. © Shutterstock

A día de hoy, si hay algo que en España lleva varios meses dando lugar al descontento y las protestas de la sociedad es la nueva ley animalista del Gobierno de Pedro Sánchez. Uno de los aspectos más polémicos es la protección a los gatos callejeros que, pese a las advertencias de los expertos, queda bien reflejada en su texto.

En el pasado mes de noviembre, gracias a un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, ya pudimos saber que somos los propios humanos los responsables de la incidencia de los gatos en el medio natural. «Al dejar que nuestros gatos salgan, estamos poniendo en peligro significativamente su salud», expone.

«Además del riesgo de estar expuestos a enfermedades que luego pueden llevar a los humanos de sus familias, como la rabia y la toxoplasmosis, los gatos al aire libre amenazan la vida silvestre nativa», añade.

Los expertos advierten sobre el peligro de los gatos callejeros

© Shutterstock

Asimismo, el programa Equipo de Investigación de La Sexta abordó este asunto en uno de sus episodios. Por su parte, el científico Christian Gortázar avisó de que «los gatos no confinados causan impactos negativos que afectan a la habitabilidad en el medio urbano y a la salud pública».

«Los gatos son una especie invasora de las más importantes. Después de la rata, es el siguiente animal más dañino. De hecho, más de 800 científicos españoles expresamos nuestra preocupación porque la nueva ley de bienestar animal lo que hace es representar solo a un sector de la sociedad, digamos al sector animalista, el que piensa en el animal individuo. No representa tanto al sector que entiende al animal desde un punto de vista utilitarista y también desde el punto de vista de la biodiversidad, de la conservación, que es igualmente importante», explicó.

En la misma línea, un estudio también demuestra que los gatos asilvestrados han sido los causantes de la extinción de 63 especies de animales. Teniendo en cuenta toda esta información, resulta difícil de creer que un país proteja con fondos públicos a un animal que causa tantos daños en su entorno.

Los gatos callejeros siguen siendo los grandes protegidos de la ley animalista

A pesar de todas las advertencias y estudios, parece que el Gobierno español no está dispuesto a recular en este sentido. De hecho, en el artículo 39 de su Ley de Bienestar Animal establece que «corresponde a las entidades locales la gestión de los gatos comunitarios, a cuyos efectos deberán desarrollar Programas de Gestión de Colonias Felinas».

Artículo 39 Ley de Bienestar Animal.

Además de esto, su artículo 40, atribuye a las comunidades autónomas la responsabilidad de generar un protocolo marco con los procedimientos y requisitos mínimos que sirva de referencia a las entidades locales. Estos deberán desarrollar, como mínimo, lo indicado en este punto de la ley animalista en cuyo apartado e) especifica que tendrán que instalar «refugios, tolvas o cualquier elemento necesario para garantizar la calidad de vida de los gatos de las colonias».

Artículo 40 Ley de Bienestar Animal

Como habrás podido comprobar, su articulado no solo ignora las recomendaciones y los avisos de los expertos en la materia, sino que también compromete a las Administraciones locales y autonómicas a velar por el cuidado y la supervivencia de los gatos callejeros incluso en poblaciones en la que no se dispone, por poner un claro ejemplo, de un comedor social. A partir de septiembre, que será cuando entre en vigor la ley animalista, los gatos de toda España contarán con comida asegurada mientras quizá algunas personas no puedan decir lo mismo.

       
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